Luis Manuel Castaño Sandoval es un ibaguereño de 43 años que vive junto a su esposa Consuelo Arias en el asentamiento Ecoparaiso, comuna Seis de Ibagué y a diario se gana la vida ejerciendo oficios varios como vigilante, jardinero o puliendo confecciones. Hace un mes sufrió un accidente laboral, pero debido a que no estaba contratado de manera formal por la empresa para la que trabajaba, hoy enfrenta una difícil situación y su panorama es incierto.
Enfrenta difícil situación
A finales de octubre, cuando Manuel Castaño llevaba apenas dos días laborando de manera informal como jardinero en un vivero ubicado sobre la avenida Ambalá, sufrió un accidente laboral luego de resbalar por una pequeña pendiente con una carretilla cargada de tierra, situación que le generó fractura de tibia y peroné, por lo que inicialmente fue internado durante ocho días en el hospital Federico Lleras Acosta, sede La Francia, a la espera de una operación.
Según Castaño, la persona que lo había contratado no lo tenía afiliado a ninguna administradora de riesgos laborales ni EPS, por lo que tuvieron que atenderlo con el Sisben y esperar casi una semana para ser operado. Luego de la intervención quirúrgica, su jefe le canceló los dos días y medio que había alcanzado a laborar y desde entonces solo le aporta cien mil pesos semanales para su manutención y la de su esposa, dinero que se le va en taxis para trasladarse desde Ecoparaiso hasta el centro asistencial donde le realizan controles y terapias.
El médico que atiende a Manuel, inicialmente le dio un mes de incapacidad, al cabo del cual debe volver a pedir otra cita para evaluar cómo ha evolucionado la lesión, pero desde ya le advirtió que tendrá que permanecer entre doce y catorce meses en recuperación. Ante este difícil panorama, Castaño ha tenido que recurrir a los buenos corazones de familiares y amigos para poder subsistir durante el tiempo que estará sin generar ingresos.
Uno de sus hermanos le regaló un caminador y le aporta una pequeña suma de dinero semanal para cubrir algunos gastos, mientras que un amigo le dio unas muletas y su esposa lo asiste en todo, pues hasta para ir al baño requiere ayuda.
Si usted desea ayudarle a Manuel a superar esta difícil situación, él está dispuesto a laborar desde la casa en algún oficio que no requiera desplazamiento, bien sea puliendo camisas y pantalones, armando cajas, entre otros. También puede contribuir dando su aporte económico o en especie, para lo cual puede comunicarse directamente con él al teléfono 3203213029.
Manuel Castaño y Consuelo Arias viven desde hace seis años en una casa de madera que ellos mismos construyeron en el asentamiento Ecoparaiso, ubicado en la parte alta de La Gaviota.
Esta no es la primera vez que Manuel Castaño es víctima de la informalidad laboral pues en el pasado trabajó como vigilante en un conjunto residencial y allí le quedaron debiendo todas las prestaciones de ley.
$1 Millón de pesos, el salario por el que generalmente trabaja Manuel, sin ningún tipo de prestaciones sociales.