Sobre la carrera Primera con calle 28, en el barrio San Pedro Alejandrino, reside una familia que por cuenta de un taller de latoneria y pintura tuvo que encerrarse para proteger su salud. Según una de las afectadas, su padre falleció hace dos años por una infección respiratoria derivada de la actividad económica de sus vecinos, quienes completan cinco años en el lugar.
“Nos gritan y nos dicen groserías cada vez que les solicitamos que no usen la vía pública, sobre todo la del frente de mi casa, para pintar los carros y ejercer su actividad comercial, ya que están perjudicando nuestra salud. Hace un año adelanté un proceso en la secretaría de Movilidad para que ejerzan control sobre esta calle, pero no he recibido respuesta. Mi preocupación es que aquí en la casa todos mantenemos tosiendo y vivo con dos adultas mayores, cuya salud está cada vez más deteriorada”, aseveró la denunciante.