Redacción Q’hubo – qhuboibague@gmail.com
Luego de la emergencia que tuvo lugar en septiembre de 2021 en diferentes sectores de la Ciudad, debido a los desbordamientos del río Combeima, la situación en la vereda Ramos y Astilleros se complicó para varias de las familias que habitan esta vereda del Cañón del Combeima. El desvío en el cauce del afluente y las constantes crecientes arrasaron con varias casas y amenazan con causar más daños en el lugar.
Situación de grave riesgo
El panorama en Ramos y Astilleros es azaroso: El cambio en el cauce del río Combeima provocó que con las crecientes, la corriente se llevara gran parte del terreno donde solían estar ubicadas las viviendas. Como si fuera poco, la erosión del terreno sobre el que aún están ubicados varios predios, es constante y amenaza con generar estragos de mayor magnitud.
Édgar Cañón, habitante de la vereda, indicó que a la comunidad le ha tocado trabajar ‘con las uñas’, pues hasta el momento la promesa de la Administración Municipal de construir unas estructuras de contención, para mitigar el avance del río, no se han hecho efectivas. “Se necesita regresar el río a su cauce original. La corriente se desvió hacia donde está la población”, manifestó Cañón.
“A la gente le ha tocado pasar con el agua a las rodillas para llegar a sus viviendas porque no hay carretera, esta se la llevó el río. Aún así les toca seguir pasando hacia sus hogares, porque no tienen otro lugar donde vivir. Hubo muchas visitas, fotografías y propuestas, pero hasta el momento no se ha visto nada”, agregó el líder del sector.
Sin saber qué hacer
Siete predios hasta el momento sufrieron averías graves en sus estructuras. De ellos, cuatro desaparecieron por completo. A orillas de lo que ahora es el nuevo cauce del Combeima, se pueden apreciar escombros, restos de lo que alguna vez fueron las viviendas de familias de esta vereda. Al llegar al lugar, se pueden ver los pedazos de paredes y columnas que aún quedan en las otras.
Muchas de estas familias han habitado por décadas allí, y contrario a lo que parece, sus casas estaban a varios metros de distancia de la ribera. Luego, había una vía, e incluso una zona de vegetación con árboles frondosos, pero todo eso es historia, pues desde que el Combeima cambió de curso, al parecer, debido a factores como la actividad de extracción de arena y piedra, la situación para esta comunidad se tornó desastrosa.
“De la Alcaldía vinieron, trajeron ayudas, y los primeros días todo estuvo bien, pero luego fuimos pasando al olvido. Se había dicho que en trabajo conjunto Cortolima, la Alcaldía y la Gobernación, iban a dragar el río. Nosotros hemos ido personalmente a que nos den un permiso para desviar el cauce, pero nos dijeron que no. No sabemos qué hacer”, expresó Cañón.
La unión hace la fuerza
Con posterioridad a la visita de esta redacción, la comunidad de la vereda se unió para realizar labores de contención del cauce y mitigación de riesgo para las viviendas ubicadas sobre la ribera del Combeima. También se realizó un compartir con un sancocho preparado por algunos de los asistentes. Los habitantes del lugar reiteraron durante esta actividad el llamado a la Administración Municipal para ser tenidos en cuenta ante la difícil situación que se presenta.
Cifra
5 meses lleva la emergencia en la vereda Ramos y Astilleros.