IBAGUÉ. Lo que terminó como un pequeño ‘rayón’, pudo haber sido una herida fatal para un joven universitario, quien fue asaltado a pocas cuadras de la Universidad del Tolima.
El asalto
De acuerdo con lo manifestado por su progenitora, quien vive en un municipio del Departamento y prefirió ocultar su nombre por motivos de seguridad, su hijo fue atracado a puñal el jueves sobre las 11:30 de la mañana en cercanías de la Alma máter.
“Él venía caminando y traía los audífonos en el oído. Se le acercaron dos muchachos, más o menos de la edad de él, uno mayorcito que el otro y le pusieron cada uno de a cuchillo en el estómago. Él se asustó mucho y en ese momento escuchó el grito de un señor de una panadería que les dijo que no atracaran en la cuadra de él y que dejaran en paz al muchacho”, relató la mujer.
Y agregó que tras verse descubiertos los dos ladrones intentaron huir del lugar, no obstante, en el forcejeo con su hijo, le quitaron los audífonos y le ‘rayaron’ el estómago con el cuchillo, muy cerca a sus costillas.
Pese a que por fortuna la herida fue superficial, la angustiada madre manifestó que su hijo, estudiante de tercer semestre de derecho, le indicó que por lo general esa cuadra es muy sola y que casi nunca hay Policía ni acompañamiento para los estudiantes que a diario transitan el sector.
“No sabemos nada de los asaltantes, pero por lo que creemos son muchachos que ya están acostumbrados a estar en la zona ‘haciendo daños’. Ellos estaban esperando a que pasara alguien y cuando mi hijo pasó por ahí, uno se le hizo por un lado y el otro por el otro y ahí le sacaron cuchillo”, dijo la femenina.
Piden más apoyo policial
A través de esta redacción, la madre de la víctima hizo una petición a las autoridades para que hagan más presencia en la zona y velen por la seguridad de cientos de jóvenes que a diario se ven expuestos a atracos por delincuentes en los barrio aledaños a la Universidad del Tolima. “Pedimos que manden policías para que puedan estar en la cuadra, porque los muchachos salen con mucho esfuerzo de los pueblos a capacitarse, a luchar por sus sueños y llegan a una ciudad donde no hay amparo de nada. Espero que este caso sirva de alerta y no tengamos que ver casos peores. Porque así como no le pasó nada a mi hijo, hasta lo hubieran podido matar por robarle un celular”, concluyó la mujer.