Una madre busca por ‘cielo y tierra’ a su hijo en condición de discapacidad

Miriam Brochero (izq) invita a las personas que vean a su hijo (der), informarle al 350 211 44 35. Una característica del joven es que camina con dificultad. Foto Jorge Cuéllar.

Miriam Brochero ha vivido 30 días de zozobra, pues desconoce el paradero de su hijo menor, Julián David García Brochero, de 21 años. El joven tiene una discapacidad física y cognitiva.

Desde el pasado 27 de julio, ella, sus otros dos hijos, amigos y miembros de la Iglesia Pentecostés, han recorrido las calles de Ibagué y han atravesado 13 veces la montaña, desde la vereda Cay hasta el barrio Ambalá, en medio de su búsqueda. 

Aunque dos personas aseguran haberlo visto e incluso haber hablado con el muchacho, no lo han encontrado.

En diálogo con Q’HUBO, la señora Miriam expresó que aunque Julián es mayor de edad, tiene la mentalidad de un adolescente de 16 años. Hace nueve años sufrió un grave accidente de tránsito que les cambió la vida y le dejó al muchacho delicadas secuelas. 

Trágico accidente

El 13 de junio de 2011, según la madre, por unos minutos Julián estuvo muerto. Ese día, el niño de 12 años estaba sentado en el andén de su casa, en el barrio La Paz, cerca al Clarita Botero de Ibagué, y con un primo de su misma edad cruzó la calle con la intención de ir a la tienda, pero ambos menores fueron arrollados por una camioneta que iba a gran velocidad. Julián llevó la peor parte.

“Las personas decían que no respiraba, que estaba muerto. No obstante, unos amigos de la Iglesia, que vivían cerca de nosotros, lo alzaron e hicieron una oración. De repente, el niño suspiró. Luego lo trasladamos a un hospital, pero los médicos no daban ninguna esperanza”, recordó la madre.

Julián permaneció 21 días en cuidados intensivos y a la señora Miriam le tocó, durante meses, lidiarlo como a un niño chiquito. “El golpe le afectó el cerebro y quedó con una discapacidad del 64 por ciento. Nos dijeron que era un milagro que hubiera sobrevivido ya que el cerebro se le había como reventado”, agregó.

Después de la tragedia, Julián no volvió a ser el mismo. Se convirtió en una persona muy sensible y entre otras secuelas, quedó con dificultad para caminar. 

Con ayuda de la familia y de los profesores, Julián David curso séptimo y octavo grado, pero en un examen los especialistas notaron que la mancha que tenía en el cerebro estaba creciendo, entonces le recomendaron a la señora Miriam no forzarlo más.

Julián David dejó de asistir al colegio y empezó a estudiar música, una de sus pasiones. Él sabe tocar la batería. 

Salió a caminar

Debido al aislamiento por la pandemia del nuevo coronavirus, el joven estuvo cerca de cuatro meses en confinamiento y le decía a su mamá que estaba aburrido.

El pasado 27 de julio la señora Miriam le llamó la atención por una actuación con la que ella no estaba de acuerdo y él se enojó y le dijo que quería salir a caminar, a tomar aire.

La última vez que la señora Miriam vio a su hijo, él vestía un buso blanco, pantaloneta negra y tenis.

Salió de la vivienda pasadas las 10 de la mañana y la madre lo siguió cinco cuadras, pero “Como cogió hacia la montaña, hacia la vereda Ancón Tesorito, yo dije él no sube, el se cansa pronto y regresa a casa. Sin embargo, ha pasado un mes y no lo ha hecho”, recordó.

Todos los días doña Miriam recorre las calles de Ibagué en un vehículo que alquila. Ha recorrido todas las comunas de la ciudad con la esperanza de encontrar al muchacho. 

Dos pistas

“Estamos muy tristes y preocupados, me duele el corazón. Me tocó acudir al médico porque me sentía muy débil. Me recetaron medicamentos para la ansiedad y yo le dije al doctor: doctor no me dope porque primero quiero seguir buscándolo y segundo, quiero expresar mi dolor”, puntualizó.

Unas 15 personas han llamado a la familia a decirle que han visto a Julián, sin embargo, solo dos en realidad habrían tenido contacto con él. 

Lo vieron vía a la montaña

El pasado 27 de julio Julián David salió de su casa ubicada en el barrio La Paz de Ibagué. Cogió camino a la montaña y no ha regresado. En la búsqueda, un hombre le dijo a la familia que hacia las 2 de la tarde de ese día, cuando él bajaba en un caballo, se habría encontrado a Julián y el muchacho le habría pedido agua. El señor no lo pudo ayudar porque no llevaba ni una gota del preciado líquido.

Pasó por Colinas del Norte

Una  señora, residente en el barrio Colinas del Norte, cerca a La Gaviota de Ibagué, asegura que el sábado anterior Julián pasó por el frente de su casa y le pidió  comida. Ella le habría preguntado qué porqué estaba solo por allá y dijo que el muchacho contestó contestado que había tenido una dificultad con su mamá y había abandonado la casa. 

Solos en la búsqueda

Miriam Brochero, madre de Julián, asegura que las autoridades no les han colaborado en la búsqueda del muchacho. Incluso en la Fiscalía, casi ni les reciben la denuncia. “Al otro día de la desaparición fuimos a la Fiscalía y nos dijeron que no estaban recibiendo denuncias por un brote de Covid- 19. Ante la insistencia nos la recibieron, pero nadie nos ha llamado a preguntar si ya apareció o no. La Policía tampoco nos ha ayudado”, expresó.

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