Con la lengua afuera. Así terminaron ayer los deportistas tolimenses que tuvieron el privilegio de participar en la primera sesión de entrenamientos de baloncesto que hace parte del Taller Internacional de Acondicionamiento Físico de Alto Rendimiento.
De camilla quedaron casi todos los asistentes, debido a que el norteamericano Dave Jamerson los puso a sudar la ‘gota gorda’ con lo que él aprendió en su paso por la NBA, donde compitió con los Houston Rockets, los Jazz de Utah y los New Jersey Nets.
En el Coliseo Cubierto de la 42 con Quinta, cerca de 30 jóvenes que hacen parte de los clubes de basket de Ibagué, y algunos municipios aledaños, buscaron aprender al máximo las enseñanzas del extranjero, quien contó con la ayuda de un traductor.
En diálogo con Q’HUBO, Jamerson sostuvo inicialmente que “estoy feliz acá en Ibagué. Colombia es un país que me encanta. Amo la oportunidad de estar aquí y servir a la comunidad. Eso es lo más importante”.
Reconoció que “esta es mi primera vez en la ciudad, y me ha parecido hermosa. Las montañas que adornan a los costados es lo más bello. Me encanta”.
Además, dijo que realiza esta labor porque “cuando era niño, muchas personas me inspiraron, y gracias a mi trayectoria, siento que puedo hacer eso ahora con los chicos”.
Tras interactuar un par de horas con sus nuevos estudiantes, indicó que “mucho de esto es totalmente nuevo para ellos, ya que transmito lo que aprendí en la NBA. Se que acá no se entrena al mismo nivel que lo hacemos nosotros en nuestro país, y creo que dejar esa enseñanza les puede servir demasiado para sus carreras”.
Dave manifestó que “con este tipo de metodologías, y también siendo más intensos en el acondicionamiento físico, estoy seguro que se mejorará el nivel competitivo. La clave son horas y horas de entreno”.
También sostuvo que al final de las dos sesiones (hoy es la última) “quiero dejar una visión para sus vidas. Ellos deben entender que, con un esfuerzo mayor, con más entrega y disciplina, pueden lograr cosas importantes”.
De su vida refirió que “Dios me otorgó el don de jugar al baloncesto, y escalar a cosas importantes. Este talento es obra de Dios, y también entendí que debo usarlo para dejarle algo a la comunidad, sobre todo a los más jóvenes”.
Finalmente, apuntó que “mi gran objetivo es enseñarles a los chicos a construir una vida estable, firme, de la mano de Dios. El deporte te puede dejar cosas buenas, sobre todo materiales, pero lo espiritual debe estar por delante, para sentirte completo, feliz, como estoy ahora que comparto con todos estos jóvenes talentosos gracias a Dios”.
Una oportunidad única
Samuel David Mosquera Ruiz, del club Tolibasket, indicó que “esta experiencia es maravillosa. Estar con un ‘coach’ que compitió en la NBA pocas veces lo puede uno vivir. La idea es aprovechar todo al máximo”.
Además, aseguró que “la exigencia es muy alta, bastante grande. Acá uno se da cuenta que, para estar en la élite, debes entrenar con toda la energía. El desgaste es impresionante, hay poco tiempo de descanso, pero lo estamos dejando todo para tomar la mayor información posible y luego transmitirla a nuestros compañeros. Estoy seguro que nos será muy útil en competencia”.