IBAGUÉ. “Cuando pasamos caminando hacia La Américas, Picaleña, vimos al señor haciendo ejercicio y al regresar nos dimos cuenta que estaba muerto”, dijo Luis Éver Almario, una de las últimas personas que vio con vida a Héctor Fabio López, quien falleció ayer sobre la ciclorruta de La Variante nueva.
López quedó tendido en el kilómetro 5, glorieta de El Salado-Aeropuerto, al parecer víctima de un paro cadíaco.
Cerca al cuerpo quedaron la bicicleta, un bolso tipo canguro, el tarro con agua, una gorra y unas sandalias de baño:
“Lo saludamos, lo notamos un poco agitado y se le veían los ojos rojos, pero nunca nos dijo nada. Pensamos que estaba cansado por montar bicicleta”, agregó Almario, asombrado por la escena.
Al lugar llegó una móvil de ‘Ambulancias Guabinal’ para verificar los signos vitales, pero el corazón había dejado de latir.
López era transportador desde hacía 11 meses en la Planta Caracolito de Cemex, y vivía junto a su esposa Sandra González e hijo en la Urbanización Villas de Gualará, donde era conocido como un vecino atento y colaborador.
“Desde el año pasado lo conozco y fue una buena persona, mi esposo trabaja con él. Nos dimos cuenta que había muerto porque una vecina me avisó y luego llamamos a la esposa”, narró Martha Vega, allegada.
La viuda, Sandra González, afirmó: “Yo salí a hacer unos cursos en Comfenalco y él quedó en la casa. Estando en clase me dijeron que había fallecido”, aseveró.
La mujer puntualizó que su esposo salía con frecuencia a montar bicicleta y que nunca lo escuchó quejarse de molestias cardíacas.
NO OLVIDE: El transportador era natural de La Tebaida, Quindío.
EN CIFRAS: 32 años tenía López.
