Última entrevista: Mindefensa quería abrazar a su familia cuando acabara el virus

Foto: Colprensa.

Carlos Holmes Trujillo, el hombre que se puso las botas para recorrer el país y desde su cargo como Ministro de Defensa combatir la criminalidad en el territorio nacional, perdió su batalla personal contra el COVID-19.

Tras 15 días de estar hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos en el Hospital Militar, en Bogotá, Trujillo falleció por una neumonía que le generó el coronavirus que le fue detectado el pasado 12 de enero en Santa Marta, ciudad donde presidía un consejo de seguridad.

Pese a que el vallecaucano sabía de los riesgos que generaba la pandemia no paró su labor y confiaba en que un día los colombianos se pudieran volver a abrazar, besar y estar con sus seres queridos, como ocurría cuando esta nueva normalidad no golpeaba el mundo.

A Trujillo, el comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro lo recuerda como un hombre de una sencillez innata y don de gente, no solo con los colombianos sino con los más de 150.000 hombres de la fuerza pública que tuvo bajo su mando.

Prueba de lo anterior fue una conversación que el ministro sostuvo con el teniente Carlos Vargas, adscrito a la dirección de Comunicaciones Estratégicas del Ejército, en la que le expresó que el día que culminara la pandemia, sería un día de gozo.

“Será un día de júbilo sin duda alguna. Pero no solo será un día de júbilo sino que será un día de reflexión, y esa reflexión nos conducirá inveitablemente a valorar lo que podamos hacer como sociedad para enfrentar grandes desafios”, aseguró el ministro.

Trujillo, lejos de imaginar que podía ser uno de los portadores y víctimas del virus confiaba en que Colombia saldría de este trago amargo, de ahí que reiterara cada una de las recomendaciones que la sociedad ya conoce para combatir el virus.

“Vamos a salir de esto pero la primera condición es que todos nos quedemos en la casa, lavarnos las manos, usar el tapabocas, evitar contacto directo, buscar el distanciamiento y salir solo cuando se trate de tareas urgentes que hay que cumplir. Cuando todo esto se supere esa acción individual que tiene un gran efecto social tendrá un mayor valor y será una gran lección en la Colombia del futuro”, dijo en su momento.

En medio de la conversación con el uniformado, Trujillo en su condición de ciudadano afirmó que lo primero que pretendía hacer una vez cesara el virus sería “abrazar a mis compatriotas, darles la mano, abrazar a todos los que no pude abrazar porque las circuntancias de precaución lo impedían. Dar un beso, dar un abrazo volver a la calidez deliciosa que es el relacionamiento con los seres humanos, volver a la familia y darle gracias a Dios por haber nacido en Colombia”.

El jefe de la cartera se quedó con la ilusión de abrazar y besar a sus familiares, porque la lucha contra el COVID la perdió en una de las tantas camillas UCI que han visto partir a más de 51.000 colombianos por ese virus.

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