Triste despedida de Nidia Yazmín

IBAGUÉ. En medio de lágrimas, los hijos de Nidia Yazmín Herrada Céspedes cargaron ayer su ataúd hasta la iglesia María Reina donde sus amigos, familiares y conocidos esperaban para darle el último adiós.

Historia. El coche fúnebre salió sobre las 10:30 de la mañana de la funeraria Los Olivos de la calle 39 con carrera Quinta y una caravana lo acompañó hasta la casa de Dios en el barrio El Vergel, donde dos ramos de rosas blancas grandes adornaban la entrada.
Allí algunos seres queridos se postraron de lado a lado haciéndole una calle de honor a Nidia Yazmín Herrada Céspedes, quien fue asesinada el domingo a la madrugada de una puñalada a manos de su esposo, el empresario Édgar Augusto Salinas, en el conjunto residencial Cerro Azul, en hechos que son materia de investigación.
Sus dos hijos hombres entre lágrimas y con sus rostros tristes entraron el féretro, mientras su hermana Mayra Alejandra en sus manos llevaba rosas rojas y blancas.
Todos ingresaron acompañando los restos mortales de Herrada Céspedes al ritmo de la canción Ángeles Volando.
“Hay ángeles volando en este lugar, en medio de todos y sobre el altar, subiendo y bajando en todas las direcciones. No sé si la iglesia subió o si el cielo bajó, si sé que está lleno de ángeles, porque el mismo Dios está aquí”, entonaban los presentes el coro y una vez terminó este, el sacerdote inició la eucaristía donde recordaron a la excelente mujer, amiga, hermana y madre que fue Nidia Yazmín.
Una vez culminó la misa, el ataúd fue trasladado hacia el cementerio La Milagrosa de El Salado donde reposan sus restos mortales.

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