IBAGUÉ. En medio de las exequias, el sur de Ibagué se reprochó la muerte de doña Lucila Pinilla Castro, quien le puso fin a su existencia debido a las deudas que tenía con más de 50 ‘gota gota’.
Historia. La iglesia Inmaculado Corazón de María ubicada en la calle 21 número 9 sur del barrio Ricaurte se llenó este sábado de conocidos, vecinos y familiares de Pinilla Castro, quienes se reunieron para darle el último adiós.
Dolor e indignación era lo que sentían ayer sus parientes quienes no salían del asombro por los motivos que llevaron a la abuelita de 62 años de edad y madre de tres hijos, para acabar con su existencia. Al parecer, la adulta mayor tenía cerca de 51 ‘culebras’ para un monto de dos millones de pesos, que día a día se convirtieron en su peor ‘pesadilla’.
Al son de unas cervezas y con lágrimas, una familiar invadida por la tristeza refirió “si yo hubiera sabido, me hubiera conseguido la plata. Esto no tiene perdón de Dios”.
Hasta los vecinos reprocharon el caso y pidieron a las autoridades tomar cartas en el asunto, pues los ‘gota gota’ han ‘invadido’ la zona, hasta el punto que durante la eucaristía los residentes del sector señalaron que a las afueras de la ‘Casa de Dios’ rondaban unos cobra diario.
“Hay que ponerles ‘tatequieto’. Ella ya murió y no deben buscar a los hijos. Ahora el hermano que está enfermito y por el que ella velaba quedó solito. Es el colmo que estos sujetos la cojan contra la familia”, manifestó una mujer mientras salía el ataúd con la difunta.
Una vez terminó la eucaristía, el féretro fue sacado por los seres queridos y algunos conocidos le hicieron una calle de honor. Otros asistentes no dejaban de darle el sentido pésame a los hijos de la fallecida.
De ahí una caravana de motos y carros acompañaron al choche fúnebre hasta el cementerio San Bonifacio donde reposan los restos mortales de doña Lucila Pinilla Castro.