Tribunal absolvió a dos y condenó a expolicías de la Sijín por sonado caso de violación en La Chuquia

De los cuatro exuniformados, hubo dos condenados y dos absueltos. Foto: Archivo El Nuevo Día/Q’hubo. 

Menos de tres minutos tardó el Magistrado en leer el texto con el cual absolvía a Jimmy Harold López Chessa y Harold Daniel Mahecha Idárraga, ambos expolicías de la Sijín procesados por los delitos de acceso carnal violento y abuso de autoridad, por el recordado caso ocurrido en La Chuquia, sector del barrio Jardín, donde fue abusada una menor edad. 

Jimmy Harold López Chessa, quien junto a su excompañero de trabajo comparecieron a todas las diligencias judiciales, incluso a la segunda instancia a pesar de la pandemia, se conectó con su familia y vivió ese momento que describió de felicidad, en el cual, según él, se reconoció su inocencia. 

López Chessa y Mahecha Idárraga fueron procesados junto con Óscar Javier Rivera Padilla y Jimmy Garzón Padilla. Sin embargo, a estos dos últimos el Tribunal Superior con ponencia del Magistrado Héctor Torres confirmó la condena de 19 años de prisión.

Siete años difíciles 

López Chessa, uno de los expolicías absueltos, habló con Q’HUBO y dijo que llevaba vinculado a la Policía cerca de tres años cuando se vio involucrado en el caso de abuso sexual de una adolescente al interior de una vivienda en la comuna Ocho. 

“Fue un momento difícil, vivía con mi esposa, mi hija que estaba pequeña y mi hijastro, pero siempre (con Mahecha Idárraga) dábamos la cara e íbamos a las audiencias”, afirmó. 

Retirado hace tres años de la Policía, pese a saber que era inocente, agregó que tomó la  decisión para no enlodar el nombre de la Institución que tanto quiere y confesó que lloró de la alegría y se arrodilló para agradecer. Además dijo que no quiere recordar ese día que le cambió la vida, solo atina a decir que “me dediqué a trabajar, a hacer mis labores”. 

Ahora trabaja junto con su esposa en un emprendimiento, una fábrica de empanadas. No obstante, afirmó que su anhelo “es regresar a la Institución y no lo pensaría, de una vez regresaría”, puntualizó. 

El proceso 

Harber Silva, abogado de López Chessa y Mahecha Idárraga, en diálogo con esta redacción señaló que recibió con beneplácito la decisión de segunda instancia: “El Tribunal Superior resolvió de manera satisfactoria, atendió el planteamiento de la apelación de mi defensa y la Procuraduría”. 

Agregó el profesional del derecho que, “es excelente la decisión, aquí no ganó la defensa, ganó la administración de justicia. El Tribunal corrigió ese desacierto porque desde los albores de las primeras audiencias se planteó la ausencia de participación de la conducta, comportamiento delictivo que ejecutaron otras personas”, dijo el defensor.

Y enfatizó que su tesis fue aceptada meses después de iniciado el proceso cuando logró la revocatoria de la medida de aseguramiento de sus dos defendidos, pues tanto López Chessa como Mahecha Idárraga estuvieron detenidos seis meses en el Coiba de Picaleña.

Las tesis aceptadas 

Refirió el defensor de confianza que el Tribunal advirtió y valoró las tesis planteadas, y según él, demostradas durante el juicio oral y revocó la sentencia en favor de sus procurados.

“Fue una sumatoria de pruebas que convergían a demostrar la inocencia, como fue el testimonio de la víctima donde no había claridad sobre el ingreso de mis representados a la vivienda y en el contrainterrogatorio no se presenciaron”, dijo.

Asimismo hugo un testigo de privilegio, “observó a los policías y la labor que habían hecho mis representados, que se habían contraído a prestar seguridad, registro a personas de ese sector, verificación de antecedentes y vehículos que pasaban por ahí. Y un testigo ocasional, que vio la llegada del taxi, los observó y las acciones, y que mis representados no habían ingresado al inmueble, ni habían producido ruidos que llamaran la atención a 15 o 20 metros”, aseguró Silva.

Además está la prueba genética corriente de presencia de fluido seminal, que no fue  compatible con el ADN de sus representados, pero sí de Rivera Padilla. 

Agregó el abogado que este fue un proceso traumático para sus procurados que tuvieron que abandonar la carrera de la Policía, “y si se abriera esa posibilidad con todo y lo que les pasó, ellos aman la Institución y renunciaron a ella, pues prefirieron enfrentar el juicio como civiles, regresarían a la Policía”.

El caso y los dos condenados

El caso se conoció luego de la denuncia de una adolescente de 16 años, quien afirmó que el 27 de marzo de 2013 en su vivienda ubicada en la invasión La Paz, sector del barrio Jardín, ingresaron dos policías a su casa, la intimidaron con un arma de fuego y la metieron al baño. En el lugar, según dijo, Rivera Padilla abusó de ella mientras le apuntaba con una pistola en la cabeza.

Después, la joven abusada salió de la casa, anotó la placa de un taxi en el cual huyeron los sujetos. Sus vecinos le indicaron que dos hombres habían estado afuera de la casa ‘prestando guardia’ mientras sucedían los hechos. La joven escupió el semen, lo recogió en una copa y se fue hasta la Fiscalía donde instauró la denuncia.

En mayo de 2013 fueron presentados ante el Juzgado de Control de Garantías los patrulleros de la Policía Óscar Javier Rivera Padilla, Harold Daniel Mahecha Idárraga y Jimmy Harol López Chessa, así como el subintendente Jimmy Garzón Padilla. Todos fueron enviados a la Cárcel de Picaleña. Para noviembre de ese año López Chessa y Mahecha Idárraga recobraron su libertad y siguieron su proceso en libertad. 

El proceso fue largo, la Fiscalía retiró el proceso por tortura, motivo por el cual lo llevó el Juzgado Cuarto Penal del Circuito, que en 2017 emitió el sentido de fallo y condenó a los cuatro hombres a 19 años de prisión, decisión que fue confirmada para Rivera Padilla y Garzón Padilla. 

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