ARMANDO CALLE. ¡Ay! mis amigos, qué dolor el que tengo en mi tobillo derecho. ¡Me lo tronché, casi me lo parto!. Pero no fue bailando Sanjuanero ni parrandeando, no señores, resulta que esta semana fui a despinchar mi carro, ese que ustedes ven para arriba y para abajo, a la calle 27 entre carreras Quinta y Sexta.
Mientras los señores mecánicos dejaban la llanta ‘al pelo’ fui a comprar las onces y antes de llegar a la Sexta, pum, metí la pata. Mi piecito quedó incrustado en un hueco que no vi. Afortunadamente don Álvaro Rubio Gaitán, un señor que trabaja en el sector, corrió a darme la mano. Mi amigo me contó que el hueco apareció hace dos meses porque la calle está totalmente hueca.
“Hace dos años el Ibal se dio cuenta de que el alcantarillado había colapsado pero no ha habido poder humano para que lo cambien, para que nos ‘paren bolas’”, agregó don Álvaro. Pero amigo, ese no es el único hueco.
Con mi ‘pana’ recorrimos la vía y nos encontramos otros dos ‘doños’ huecos que, según él, han causado varios accidentes. “En los huecos más grandes son muchos los motociclistas que caen, especialmente en la noche pues en la oscuridad no se ven”, añadió mi querido lector.
“Otra situación que empeora el estado de la vía, es el paso de vehículos pesados con material de construcción. Cada vez que pasan por aquí, los comerciantes apretamos los dientes porque es mucho peso y la calle está hueca. No queremos un accidente grave”, puntualizó.
Amigos los dejo, espero pronto estar bien de mi tobillo para seguir recorriendo la ciudad. Nos leemos en una próxima oportunidad.
