Videojuegos | AFP
En una humanidad diezmada por una pandemia, la heroína del nuevo episodio del videojuego ‘The Last of Us’ lucha por sobrevivir en un entorno apocalíptico muy actual con su protagonista, Ellie, lesbiana y sus compañeros de lucha procedentes de minorías.
‘The Last of Us Part II’ salió a la venta este viernes en el mundo entero en la consola PlayStation 4 de Sony.
La pandemia de covid-19 atrasó su salida, como ha hecho con gran parte de la industria del entretenimiento prácticamente paralizada durante los últimos meses. Pero según el estudio que está detrás de este proyecto, el californiano Naughty Dog (una filial de Sony Computer Entertainment), el retraso no apagó el entusiasmo de sus adeptos, a juzgar por el éxito de las preventas.
La mayoría de las críticas son entusiastas. El juego tiene una nota media de 95 de 100, según el agregador Metacritic.
‘The Last of Us Part II’ está reservada a los jugadores mayores de 17 años en Estados Unidos, y no está recomendada para los espíritus sensibles. Los muertos virtuales, por degollamiento o estrangulamiento, son hiperrealistas, al igual que los paisajes sepulcrales, llenos de zombies, que atraviesa la heroína.
Al punto que algunos críticos tienen reservas sobre la estética gore del juego. No es el caso del diario Washington Post, que considera que esta nueva entrega ofrece una «demostración fulgurante de la forma en que el videojuego puede unir un ‘gameplay’ de cortar el hipo, una escenografía magnífica y una complejidad moral angustiante».
La historia es la continuación del primer episodio ‘The Last of Us’, que salió en 2013, y que está siendo adaptado para HBO por el creador de la serie «Chernóbil».
Ellie tiene ahora 19 años y su sangre puede salvar a la humanidad después de que una pandemia causada por champiñones asoló a la civilización. Los paralelos con el mundo actual abundan: desde la epidemia del coronavirus a las protestas del movimiento «Black Lives Matter» en reacción a la muerte de George Floyd que se han propagado por el mundo.
Tribalismo
El juego «se inspira mucho en los conflictos en curso en el mundo real y en el tribalismo, de los que vemos desgraciadamente ejemplos muy claros en Estados Unidos», declara el productor del juego Neil Druckmann, a la BBC.
‘The Last of Us Part II’ pone de relieve a las minorías de todo tipo: Ellie es blanca y tiene una amiga bisexual, y otros personajes proceden de minorías étnicas. Uno de ellos es transexual.
Neil Druckmann rechaza haber recurrido a la carta de la diversidad «solo para quedar bien». «Es más bien una forma de enriquecer la historia», explica. «Ello no la hace automáticamente mejor, pero hay algo mágico cuando la gente se ve reflejada en los juegos, aumenta nuestro público y creo que es importante».
Aunque el juego ha recibido en general buenas críticas, algunos lamentan que la ambición moral de Neil Druckman se pierde en el derroche de una violencia macraba.
«Es una experiencia solitaria y deprimente en un momento en que muchos de nosotros nos sentimos solos y deprimidos», comentó la revista Time.