IBAGUÉ. Qué vaina mis amigos, tremendas han sido las consecuencias de un trabajo ‘a medias’ que efectuó una empresa contratista del Ibal en la tercera Etapa de la Ciudadela Simón Bolívar de Ibagué.
Se partió el brazo. Cómo les parece que el mes pasado doña Hilda Reyes, una mujer berraca que se gana la vida a punta de tamales y rellenas, cayó en uno de los tantos huecos que hay en la manzana 66 y ¡pum!, se partió el brazo izquierdo.
“Don Armando, pensamos que era sólo una fisura, pero el jueves me dijeron que era una fractura. Así las cosas, en los próximos días entraré al quirófano”, me contó la dama.
A ella lo que le preocupa es cuánto tiempo le darán de incapacidad, pues hasta que no se recupere no podrá hacer y vender sus tamalitos. Está pensando de qué va a vivir.
Pero ese no ha sido el único accidente, a la señora Amanda Rodríguez un nieto se le descalabró y le tocó salir corriendo con él para el hospital.
Los andenes. Uy mis queridos lectores vean que el personal que cambio el alcantarillado fue tan chambón, tan chambón, que se tiró los andenes de las casas y a algunas viviendas les abrieron un hueco por debajo.
Ante la situación, a mis amigos se les agotó la paciencia y ayer en señal de protesta taparon la vía principal del barrio.
Jum, para completar, los trabajadores entraron la maquinaria pesada por las manzanas 31 y 32 de la Segunda Etapa y se las tiraron.
“Es cierto que el alcantarillado de esas cuadras también está podrido, pero por lo menos podíamos pasar. Ahora vea, vea como quedaron don Armando”, agregó don Nectalí.
¿Qué dice el Ibal?. El gerente del Ibal, José Alberto Girón Rojas, le pidió paciencia a los usuarios y aseguró en nueve días inicia la recuperación de andenes en las manzanas 31 y 32 de la Segunda Etapa y 65 y 66 de la Tercera. Claro, hay que ser pacientes Gerente, pero la paciencia se acaba y no es el único caso donde los contratistas del Ibal hacen chambonadas.
Ojalá algún día les pueda contar que el Ibal llevó a cabo un cambio de alcantarillado sin ningún problema.