Sobreviví a la tristeza: historia de una mujer que intentó
lanzarse del puente de la variante

Sobreviví a la tristeza: historia de una mujer que intentó lanzarse del puente de la variante
Inés ha tenido que asistir en dos ocasiones a la Unidad Mental de la USI del sur. Fotos: Freepik – suministradas – Imagen de prostooleh en Freepik/ Q’Hubo.

Historia de una ibaguereña que intentó lanzarse al vacío desde el puente de la variante.

Edwin Gutiérrez
qhuboibague@gmail.com

Una mujer ibaguereña intentó lanzarse al vacío desde el puente de la Variante a principios de agosto, pero fue auxiliada a tiempo por el conductor de un camión, que se percató de sus intenciones. Casi dos meses después y después de iniciar un tratamiento con la EPS, ha tenido que asistir varias veces a las urgencias de la entidad en momentos de crisis y afrontar la demora en la entrega de medicamentos y en la asignación de las citas con el especialista.

Una ilusión

Inés* es una ibaguereña de 50 años de edad que se desempeña como comerciante y empleada en oficios varios. Tiene seis hijos, cuatro mujeres y dos hombres, y en la actualidad vive en un barrio de la comuna Cuatro junto a su hija menor, dos nietas y su señora madre. Hace cinco años, cuando tenía 45, conoció a un hombre de 33 años, del cual se enamoró y con el que entabló una relación sentimental que tiempo después los llevó a tomar la decisión de irse a vivir juntos.

Ella recuerda que al principio de la relación todo marchaba bien con su nuevo compañero, quien la trataba con cariño, tenía detalles con ella y se ganó la estima de sus hijos y su mamá. Hace un tiempo, Inés se fue a trabajar una temporada a Ecuador en una panadería propiedad de un colombiano y recuerda que allí ganaba alrededor de 500 dólares mensuales laborando durante largas y duras jornadas. Luego de un mes de estar en ese país, le dijo a su compañero que viajara a trabajar junto a ella y el hombre accedió.

Sin embargo, según relata Inés, mientras este hombre estuvo en Ecuador, jamás trabajó, ni desempeñó oficio alguno pues a pesar de que salía a buscar, regresaba diciendo que no encontraba en qué emplearse, por lo que a ella le tocaba ayudarle con los gastos personales y le compraba mercancía para que vendiera en la calle mientras se ubicaba en alguna labor. Incluso, cuenta ella, tuvo que darle 70 dólares mensuales en varias ocasiones para que pudiera responder por la cuota de alimentos que le adeudaba a un hijo que había dejado en Colombia.

Al tiempo, regresaron al país y ella retomó su trabajo en Ibagué y puso un restaurante, mientras que él ingresó a trabajar como guarda de seguridad en una empresa de vigilancia privada. Como llevaban cinco años viviendo juntos, decidieron que era hora de formalizar el vínculo, por lo que se casaron dos veces (por lo civil y por la iglesia) y a la celebración invitaron a familiares y amigos.

A raíz de esto, Inés vendió el negocio que había montado a su regreso de Ecuador por petición del hombre, que ahora era su esposo. Él le prometió que se haría cargo de los gastos del hogar mientras ella se quedaba en casa.

La decepción amorosa que sufrió tras la traición de su esposo a los seis días de casados, la llevó a refugiarse en el alcohol.

Decepción amorosa

Al principio, el matrimonio entre Inés y su esposo parecía ir bien. No obstante, seis días después de la boda, el sujeto conoció a otra mujer, 15 años menor que él, con la cual inició un romance a escondidas.

El cambio de actitud tan repentino del hombre llamó la atención de Inés, quien indagó en el teléfono y se enteró de que su compañero estaba saliendo con una amante y además hacía todo lo posible para que ella se diera cuenta y que de esa manera le dejara el camino libre.

Fue así como se dio a la tarea de averiguar quién era la mujer con la que andaba su esposo y le instaló un GPS a una motocicleta que habían comprado juntos y que él conducía.

Unos días después, empezó a rastrearlo hasta que notó que la ubicación que arrojaba dicho aparato conducía a un restaurante, por lo que se dirigió a ese lugar y al llegar lo encontró almorzando con su amante. El hombre, tras ser sorprendido, decidió negar cualquier vínculo con Inés y se marchó con la mujer que supuestamente había conocido semanas atrás, dejando a la que se había convertido en su esposa, abandonada en aquel establecimiento.

Pero no era la única sorpresa desagradable que el esposo le tenía preparada a Inés. Una vez salió del restaurante, se fue a un motel con su nueva novia y allí estuvieron casi toda la tarde, a sabiendas de que su esposa ya estaba enterada de todo.

Inés desde un principio se negó a terminar el matrimonio por la infidelidad de su esposo y, convencida de tener la capacidad de perdonar sus errores, le siguió insistiendo en que no se quería separar de él, pero ya era tarde, pues el hombre finalmente se fue con su nueva compañera y la dejó sumida en una profunda tristeza.

Ella dice que aún no logra encontrar explicaciones a lo ocurrido y a diario se pregunta qué pasó con su matrimonio y por qué el hombre que prometió amarla y la llevó al altar, la traicionó a los pocos días de casados.

La tristeza que le generó este hecho la llevó a refugiarse en el alcohol y el cigarrillo y a visitar bares en los que permanecía bebiendo hasta embriagarse. No obstante, la situación tocó fondo la noche del miércoles 3 de agosto, cuando salió del bar que frecuentaba y tomó un taxi con rumbo a Mirolindo. Una vez en el sector, caminó durante alrededor de media hora, hasta llegar al puente de la variante. Tenía la intención de lanzarse al vacío.

Estando en ese lugar, el conductor de un camión que a esa hora se dirigía hacia Armenia, se le acercó y luego de intentar persuadirla, la agarró con fuerza, la subió a su vehículo y la llevó hasta un Cai, donde la entregó a la Policía. Los uniformados la trasladaron a las urgencias de la Unidad de Salud de Ibagué, ubicada en el suroccidente de la ciudad.

Atención en salud mental

Inés fue atendida por primera vez en la Unidad Mental de la USI del sur tras ser ingresada por urgencias el mismo día que intentó atentar contra su vida. En esa ocasión, fue remitida en una ambulancia a la clínica Los Remansos (barrio Cádiz), donde fue diagnosticada con trastornos mentales y del comportamiento debido al uso del alcohol: Síndrome de dependencia, por lo que permaneció internada algunos días hasta que le informaron que la cuenta de cobro por el servicio iba en aumento.

Debido a que no contaba con recursos para pagar su estadía en dicha clínica, Inés decidió abandonar la entidad e irse a su casa, pero el miércoles 21 de septiembre, de nuevo tuvo que acudir por urgencias a la USI del sur porque se le habían agotado algunos de los medicamentos que le formularon y sufrió una nueva crisis. Una vez llegó a ese lugar, fue atendida de manera oportuna, le formularon más medicamentos y le ordenaron una cita con un especialista (psiquiatra).

Inés está afiliada a la Nueva Eps y fue a reclamar los medicamentos al día siguiente de salir de urgencias, pero solo le entregaron dos. Le dijeron que tenía que hacer autorizar el tercero. Además, al solicitar la cita con un psiquiatra, encontró que no había disponibilidad en fechas cercanas.

Q’HUBO se comunicó con representantes de la Nueva Eps, quienes dieron a conocer que una vez supieron del caso de Inés, gestionaron la autorización de su medicamento en el menor tiempo posible y le dieron una cita en la cual le ordenaron de nuevo asistir al psicólogo y al psiquiatra. Sin embargo, para el caso de psicología, ella no encontró agenda disponible, y para psiquiatría, le asignaron la cita para el 22 de noviembre, es decir, dentro de casi dos meses.

A pesar de la demora en la asignación de citas con especialistas en salud mental de la EPS, Inés sigue firme en su proceso de recuperación y hoy puede decir que a pesar de la decepción que sufrió por su esposo, sobrevivió a la tristeza.

Tome nota

La ruta de atención de la Nueva EPS para sus afiliados del régimen contributivo que presenten algún tipo de patología mental o sospecha de la misma, se activa con una valoración inicial o la generación de una alerta a través de la línea amiga 123 o llamando al call center de la IPS exclusiva VIVA al 2746100. Una vez se conozca el caso específico, el paciente será valorado por psiquiatría o psicología, sin necesidad de pasar primero por el médico general.

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No tienen los recursos

Una cita particular con un psicólogo en Ibagué puede costar entre 60 y 70 mil pesos, y se requieren de varias sesiones, dependiendo de la situación de cada paciente; con un psiquiatra la tarifa cuesta más del doble, de ahí que muchas personas tengan como única opción a los profesionales de las EPS, de la Alcaldía o de alguna entidad que los apoye de manera gratuita. A esto se suma la no entrega a tiempo de medicamentos.

Dato

En la actualidad, Inés tiene una cita pendiente con psiquiatría, la cual fue asignada para el 22 de noviembre.

La red de apoyo como la familia y los amigos, resultan claves para quienes padecen trastornos mentales.

Dato

El apoyo familiar ha sido fundamental en el avance que ha tenido la recuperación de Inés. 

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