IBAGUÉ. El sonido de las cornetas de las tractomulas le rindieron un sentido homenaje a Miller Fernando Rozo, el popular ‘Calao’, quien murió en un trágico accidente en carreteras del Cesar.
Ayer el corregimiento de Payandé, San Luis, se conmovió al ver llegar el ataúd de Rozo y detrás de él cientos de carros, volquetas, motos y ‘mulas’ que acompañaron la caravana de despedida del ‘camionero’.
Historia. Sobre las 10: 20 de la mañana salió el ataúd con el cuerpo de Miller Fernando Rozo desde la funeraria La Verde Esperanza en el sector de Mirolindo hacia la tierra que lo vio nacer, donde amigos, parientes y allegados esperaban el féretro.
El recorrido formó trancón por todo la vía hacia el corregimiento de Buenos Aires donde colegas permanecían cabizbajos.
Los sentimientos y las lágrimas afloraron tras la llegada del cajón que estaba en el trailer de un tractocamión adornado con coronas de flores, una de ellas hizo alusión al vehículo de registro XID 400 que en vida condujo Rozo, el mismo en que perdió la vida el martes en la tarde en el kilómetro 39 de la vía que comunica a Pelaya con Pailitas, Cesar.
El cabezote ingresó a uno de los parqueaderos de la zona donde Rozo guardaba su camión.
Allí el sentimiento de dolor y luto se hizo más fuerte, pues sus conocidos, quienes no coincibían su pérdida, abrazaron el ataúd y no querían dejar partir a ‘Calaito’.
El recorrido fue hasta la iglesia de la población payandesuna donde se efectuó la eucaristía y luego fue enterrado en el cementerio local.