IBAGUÉ. Miller Raúl García al parecer fue poseído por el demonio ayer debido a que secuestró a su abuelo parapléjico e intentó asesinarlo. El enloquecido hombre fue sacado de la casa luego de cuatro horas.
El caso inició a las 12:30 del mediodía en la casa número 12-56 ubicada sobre la calle 36 del barrio Gaitán Parte Alta donde todo transcurría normal, pero García tuvo una reacción que para los vecinos inicialmente era el efecto de la droga que había consumido.
Pero no, la situación se tornó delicada cuando el sujeto sacó a una mujer de la vivienda amenazándola con un cuchillo y luego se encerró con su abuelo discapacitado, a quien bajó de la silla de ruedas y lo dejó tirado en el piso.
La preocupación empezó debido a que Miller decía que iba a matar al anciano.
La comunidad llamó a la Policía que llegó e intentó hablar con el individuo bajo el efecto de las drogas, pero cuando abrió una de las ventanas insultó a los uniformados, además les decía que si entraban mataba al anciano Agapito García.
Raquel García, tía de Miller, comentó que su sobrino había tenido varios problemas en la calle por la droga, pero era la primera vez que encerraba al abuelo.
Los minutos empezaron a pasar y dentro de la casa se escuchaba que el individuo rompía vidrios, le pegaba a las ventanas y además, en varias oportunidades se escuchó los quejidos de Agapito García, al parecer, porque su nieto lo agredía.
Los uniformados desesperados por rescatar al viejo de 88 años de edad, intentaron varias veces entablar diálogo con el hombre, pero era imposible.
En un intento por ingresar a la vivienda, el hijo de Miller, un niño no mayor a cinco años de edad, le gritó a su papá que los policías iban a entrar lo que desesperó más al sujeto.
Debido a que no se podía llegar a un acuerdo con García, pensaron en recurrir a la fuerza, por lo que fue necesaria la presencia de una delegada de la Defensoría del Pueblo, y el párroco del barrio para que hablaran con el hombre. Así mismo, llegaron dos Policías adscritos al Grupo Gaula.
Luego de cumplirse casi cuatro horas, lograron que Miller abriera la puerta avanzando así el 50 por ciento debido a que la casa tenía ante-jardín y estaba encerrado.
Finalmente, el enviciado abrió la reja del ante- jardín y en un descuido el oficial del Gaula lo abrazó y lo sacó. Los otros policías lo ayudaron y redujeron a García, que terminó en una de las patrullas.