MARGARITA MARÍA LONDOÑO
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¿En algún momento te has parado a pensar cómo tus acciones, decisiones o comentarios afectan a otras personas? Las relaciones que sostenemos con familia, amigos, pareja o compañeros de trabajo influyen mutuamente y por eso nuestro comportamiento tiene gran impacto en las emociones de quienes nos rodean.
Vivir bajo las propias conveniencias evidencia una forma de demostrar egoísmo. Si no se miden las consecuencias negativas que pueden afectar a otros, pasarás a convertirte en una persona indolente, con poca empatía. Para sostener relaciones sociales sanas es importante tener en cuenta que ser sincero no significa ser dañino; la prudencia es elemental para hacer conciencia de que la actitud que se asuma en una situación determinada puede afectar o mejorar notoriamente las emociones ajenas.
Con una palabra o acción se construye y con otras se destruye, no es justo pasar la vida dejando huellas negativas en este mundo. Somos seres en evolución y esto significa aprender a tener cuidado con lo que hacemos, porque todo mal que se entregue será recibido de manera multiplicada.
Cuando actuamos de forma responsable a nivel afectivo hacia los demás, es la mayor muestra de vernos a nosotros mismos. Aunque tenemos que aprender a diferenciar la responsabilidad afectiva del chantaje emocional o el excesivo valor de empatía. En el primer caso, se hace conforme a nuestro esquema de valores y creencias, sobre cómo deben de ser las relaciones humanas; por el contrario, en el segundo caso, se actúa de acuerdo con los intereses de otra persona, sacrificando los propios, lo cual genera en sí mismo miedo o culpa.
“Ser responsable es muy distinto a ser culpable. Que alguien sea responsable no lo hace el culpable o el causante. La responsabilidad nos permite asumirnos como sujetos activos y no meros objetos del arbitrio y del poder que nosotros mismos le damos al otro”, explica Alexandra Kohan.
Beneficios de tener responsabilidad emocional:
1- Mejora la gestión emocional.
2- Desarrolla la asertividad.
3- Fortalece el respeto hacia sí mismo y hacia los demás.
4- Aumenta la autoestima.
5- Encuentra coherencia en los vínculos.
6- Evita los abusos emocionales.
7- Fomenta hábitos sanos para sostener relaciones interpersonales.
Cómo poner en práctica la responsabilidad emocional:
1- Piensa que eso que le haces a otro te lo pueden hacer a ti.
2- Responsabilízate de tus emociones.
3- Empatiza con los sentimientos ajenos.
4- No hagas, ni cedas al chantaje emocional.
5- Se prudente con tus palabras y actos.
6-Controla tu voz interna.
7-Evita afectar a los demás con tus decisiones.
8-No te tomes todo personal.
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