CAJAMARCA. Una cadena de deslizamientos de tierra de proporciones descomunales tapó totalmente la vía Cajamarca – Calarcá el miércoles sobre las 4:45 de la tarde, cuando personal de la Unión Temporal Segundo Centenario se encontraba en el kilómetro 43 de la vía Armenia – Ibagué, laborando en la construcción de la doble calzada Cajamarca – Calarcá, cerca a la vereda La Luisa.
Carlos Fuentes, ingeniero residente de la obra en construcción que viene adelantándose desde principios de año, reportó que “tenemos a un desaparecido, Carlos Leyton Díaz. Él es maestro de construcción, y vive en Cajamarca. Tenemos trabajando cuatro cargadores, cuatro retroexcavadoras y 35 volquetas”, afirmó.
Fuentes agregó que en el lugar se encontraban casi 30 personas laborando en el momento de la emergencia: “Dos resultaron heridas, uno es el operador de la retroexcavadora que se nos fue abajo. También hay bajo el alud una motoniveladora, un compresor, dos martillos, un motosoldador, equipo de oxicorte y materiales”, concluyó.
Esperando paso
Luis Carlos Mejía Ríos, oriundo de La Unión, Antioquia, salió con una carga de fibra de vidrio desde Bogotá con rumbo a Ipiales el miércoles, pero su ruta fue obstruida por el deslizamiento: “Casi me tapa. Me tuve que devolver cuando vi que chorriaba (sic) la montaña. Uno de los de la obra casi se tira de la moto diciéndome “devuélvase”, y yo enseguida arranqué a correr”, recordó el mulero.
“Nos han atendido bien en los restaurantes. La Policía y el Ejército han estado cuidándonos, y el consorcio está trabajando duro para volver a dar paso. Yo transito por acá de seguido, pero es la primera vez que me ocurre algo así. Estoy aprovechando para afeitarme y bañarme con un tarrito de agua, y nos ponemos a ‘botar corriente’ con los compañeros; a hablar de carros y chismes”, puntualizó el motorista de 56 años de edad, 33 de ellos dedicados al transporte de carga pesada.
No olvide
* Personal de la Defensa Civil de Cajamarca y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de la localidad atendieron a los heridos y ayudaron a evacuar al personal del lugar.
* Las pérdidas por materiales y maquinaria sepultados se calculan en 700 millones de pesos.
Una tragedia dentro de la tragedia
Mientras en la zona de emergencia las maquinarias se encargaban de despejar la vía y los organismos de socorro estaban atentos a cualquier señal que diera con la ubicación de Carlos Leyton Díaz, el maestro de construcción de quien al cierre continuaba atrapado bajo el alud de tierra, su familia en Cajamarca sufría entre la incertidumbre y la resignación.
Carmenza Leyton Díaz, hermana del desparecido maestro de construcción, indicó que la familia de origen humilde, es oriunda de Planadas, sur del Tolima, pero desde hace nueve años se trasladó a Cajamarca: “Él hace mes y medio vivía en el sector de El Rosario, con nosotros, pero tenemos una amenaza grande allá arriba por el río y los riesgos de derrumbes”, comentó la mayor de los seis hermanos que conforman la familia, de la que Carlos ocupaba el segundo lugar.
La madre del desaparecido maestro, Georgina Díaz, de 61 años de edad, y viuda desde hace seis, indicó que la última vez que habló con su hijo fue hace ocho días: “Yo estaba en el parque en el puesto de cremas y obleas de mi hija Carmenza. Él salió de trabajar, y me saludó como de costumbre. Me dio un besito; fue el último que me dio”, dijo en medio de un inconsolable llanto.
El día de la tragedia, Carlos se despidió de su esposa, Ebil Aminta Muñoz, de 35 años de edad, con una frase que ella jamás olvidará, acompañada de un tierno beso de despedida: “Me dijo que me quería y me amaba mucho. Él era muy buen esposo”, puntualizó.
No olvide
* Hernán Albeiro Fino Quiroga, operario de la retroexcavadora sepultada, fue remitido al Hospital Federico Lleras con un trauma raquimedular.
* Jorge Eliécer Martínez, lesionado durante el derrumbe, fue dado de alta en el Hospital Santa Lucía el mismo miércoles.
* Carlos Leyton Díaz y Ebil Aminta Muñoz, tienen un hogar hace 14 años con tres hijos de 3, 6, y 13 años de edad.
“Nunca había visto algo así”
Alfonso Villanueva, auxiliar de topografía del Consorcio Carlos Collins desde hace 6 años, aseguró que en sus 15 años de trabajo de campo creía haberlo visto todo hasta anteayer: “Es muy berraco, porque uno ve a los compañeros que van a quedar sepultados y uno no puede hacer nada. Corrían con la tierra casi encima. Leyton estaba en la vía y quedó atrapado”, dijo.
“Lo que cuenta es salvarse uno, y ve a la gente que está abajo, pero no encuentra cómo auxiliarlos. Es una experiencia muy tremenda. Tantos años en esto, y nunca había visto un alud tan berraco”, concluyó Villanueva, oriundo de Carmen de Apicalá.
OSCAR BORJA / ENVIADO ESPECIAL / Q’HUBO
