IBAGUÉ.Iván Alexánder Barragán Pineda fue capturado por Policías cuando, a plena luz del día, presuntamente intimidó a dos jóvenes en hechos aislados para hurtarles los celulares.
Según la Fiscalía durante la audiencia de ayer, una joven que salió a la tienda en Los Nogales, sur de la Ciudad, notó la presencia de dos sujetos con aspecto de ‘ñeros’.
Uno de ellos, aparentemente Barragán Pineda, se le acercó y le puso el revólver en la zona de las costillas.
La presunta víctima arrojó su teléfono, un Motorola EX 200, avaluado en 400 mil pesos, y fue tumbada por los maleantes.
Según su versión, el hombre le puso el arma en la frente y le gritó: “Quieta ‘gonorrea’ o se lo pego, ‘perra’ (sic)”, por lo que los vecinos se dieron cuenta y los sujetos emprendieron la huida.
Segundo hecho
El reporte de Policía precisó que mientras Barragán Pineda huía, se encontró con otra muchacha, a quien le apuntó en el estómago con el revólver marca Llama Scorpion, y le quitó un teléfono Blackberry valorado en $300 mil.
La afectada indicó a los familiares, y uno de ellos inició la persecución en moto mientras se daba aviso a las autoridades.
El sujeto fue interceptado en una tienda conocida como ‘Tres Esquinas’. Allí dijo que el celular era de su pareja, pero que no sabía la clave para desbloquearlo. Uno de los uniformados notó cuando el hombre arrojó el revólver debajo de un mostrador.
Al inspeccionar el lugar, Barragán Pineda nuevamente emprendió la huida y fue capturado en la calle 16 con Décima del barrio Ricaurte, donde rompió el vidrio de una ventana para intentar ingresar a una casa.
El hombre fue presentado ante la Juez Sexta con Función de Control de Garantías, donde no aceptó cargos por hurto calificado y porte ilegal de armas.
Cero ‘Iván’ dos
Para las autoridades, no sería la primera vez que Barragán Pineda comete esta clase de conducta delictiva.
Precisamente, el hombre gozaba de libertad condicional desde el año pasado, luego de haber sido condenado por hurto calificado y agravado, así como porte ilegal de armas, por hechos ocurridos a finales de julio de 2007.
El sujeto, acompañado de otros delincuentes, ingresó a un negocio de videojuegos en la Ciudadela Simón Bolívar, donde se hurtaron las consolas recreativas.
