Redacción Q’hubo – qhuboibague@gmail.com
Hoy primero de mayo se conmemora el primer aniversario de la muerte de Santiago Andrés Murillo Meneses, el joven asesinado con arma de fuego en la calle 60 con carrera Quinta en el marco de las protestas del paro nacional del año anterior.
Sus progenitores con su recuerdo vivo, su profundo dolor y muchos cuestionamientos sobre qué pudieron hacer ese día, hablaron con Q’HUBO sobre cómo han afrontado este primer año sin su hijo y todo el proceso judicial.
A no ser indiferentes
Como parte de este proceso de luto, Milena Meneses, la progenitora del joven, sentencia que uno de los aprendizajes fue a no ser indiferente y no pensar o creer que este tipo de situaciones no les podía pasar.
Durante este nuevo año aprendieron a vivir sin Santiago, a adaptarse al mundo, a la sociedad, a conocer el mundo. Fue el último día que esta pareja trabajó pues se concentraron en defender la memoria y ya no tienen vida social.
La pareja se alejó de muchas personas por lo delicado del caso, se encerraron, dejaron de frecuentar a sus amigos. Milena sufrió un cuadro de depresión, no volvió a escuchar música, según ella no puede hacerlo porque con su hijo la música los unía. Cuando estaban enojados el joven le ponía las melodías que más le gustaban a su mamá y se contentaban. En la actualidad sigue con un tratamiento psicológico para asumir su pérdida.
Tenía muchos proyectos
Según sus progenitores, Santiago cursaba el bachillerato, en 2019 hizo diligencias para ir a vivir en Estados Unidos, donde vía virtual estuvo cursando estudios en ese país, pero llegó la pandemia del Covid-19 que paró su proyecto. Asimismo pensaba estudiar bellas artes en Europa, aunque su papá le indicaba que debía seguir la carrera de derecho.
Era un hijo de casa
Hace un año, en sus primeras declaraciones con los medios de comunicación, Milena indicó que defendería la memoria de su hijo como una ‘leona’ y con el apoyo incondicional de su esposo lo ha hecho.
“Cuando uno sabe quién es su hijo uno se quita las vestiduras y yo sé, y hasta lo último, quién era mi hijo. No tengo por qué esconder mi cara y sentirme avergonzada de nada porque mi hijo no hizo nada malo y estoy aquí para eso, para mostrarle al mundo quién era Santiago, porque siempre meteré las manos al fuego, porque no tengo porqué esconderme y esta posición no es nada agradable. Yo nunca en mi vida hubiera querido salir en un periódico por medio de una tragedia y más siendo mi hijo”
Asegura esta madre, aun con el dolor de la ausencia de Santiago, con 19 años, su hijo era muy cercano a sus progenitores. El joven recibía llamadas y videollamadas en horas de la noche, pedía consejos sobre qué ropa comprar, celular o qué corte de cabello hacerse.
Milena es cosmetóloga desde hace 10 años que laboraba a domicilio o en su apartamento y su hijo era su mano derecha, le ayudaba en pasarle elementos, llevarla a hacer domicilios y llevarle las clientas, era su chofer. Desde hace un año no ha podido volver a trabajar. Su vida y la de su esposo que manejaba un taxi, el cual vendió a los pocos días, se concentró en hacer justicia para Santiago, pues el joven era su, “único hijo deseado por decisión propia, queríamos darle lo mejor a ese hijo, nos quedamos sin el motor de nuestra vida, desde la concepción. Ahora nuestro proyecto de vida es hacer justicia por él, tenemos al asesino, tenemos las pruebas. ¿por qué no hacer justicia por él?
El último día de Santiago
Milena, con el dolor de madre se cuestiona sobre el día de murió su hijo, ¿qué pudo haber hecho? pensó en invitar a su hijo y a su novia a comer un pan con nutela que tanto le encantaba a Santiago, sin embargo no lo hizo. Su hijo salió rumbo a la casa de su novia Estefanía en el barrio La Castellana. Así que pensó en hacerlo otro día y se cuestiona por qué no lo invitó a comerse ese pan.
“Es tan irónico porque él tenía todos los medios de transporte, no entiendo por qué ese día, tenía el carro, la moto, o llamaba al papá que manejaba un taxi para que lo recogiera
los primeros días se llevaba el carro”, dijo Milena, quien agregó que luego dejó de hacerlo por recomendación del papá.
Milena en medio del llanto cuenta y se sigue cuestionando el por qué su hijo murió, agrega que quizás fue “un instrumento tal vez para que se descubriera todo el historial delictivo y el mal que ha hecho este señor (Mayor Molano)”.
Por su parte Miguel Ángel Murillo, progenitor del joven recordó que Santiago estaba junto con su novia en el apartamento, en la tarde decidieron salir rumbo a la casa de su novia Estefanía. El joven se subió en su bicicleta, mientras su progenitor en su taxi llevó a la jovencita a la casa.
Durante ese tiempo se le descargó el teléfono, regresó a su apartamento, su esposa no estaba. El televisor estaba encendido, puso a cargar el celular y lo encendió de nuevo, así que pudo contactarse con Estefanía, quien lo único que le dijo era que fuera a la Clínica Nuestra. Así que pensó que su hijo había sufrido un accidente de tránsito, nada más.
Don Miguel Ángel es más tranquilo, ha sido el bastón para mantener en firme a su esposa.
“Desde que Santiaguito no está, me ha tocado como aprender a ayudarle a llevar a ella (Milena) el caso, a ser un poco más fuerte. A organizar las cosas de una manera y por eso es que ella medio se levanta”,
Y confiesa que su esposa los primeros días después de la muerte de Santiago, ella no se quería levantar. Dentro del proceso decidieron ir a dormir a la habitación de su hijo, pues como costumbre se levantaban a revisar si su hijo estaba o a entrar a saludarlo. No obstante, su ropa sigue intacta en el armario.
El actuar de la justicia
Milena Meneses señaló: “En este caso me he sentido con suerte de encontrarme con las personas que me encontré en cabeza de la doctora Carolina Arciniegas, el doctor Mario Burgos y Clara Ubaque que representa al Ministerio Público. Dentro de las Instituciones hay personas que son muy fieles a su vocación, principios y valores, gracias a Dios conté con esta suerte. Han actuado de manera muy diligente y por parte de la justicia se ha hecho un buen trabajo”.
Enfatiza esta madre que todo se complica, es por parte del acusado, “cuando él ha bloqueado a la justicia”.
El proceso sigue en etapa preparatoria, no se ha podido avanzar. El mayor de la Policía Jorge Mario Molano Bedoya, ha cambiado en varias oportunidades de defensa, en primera instancia tuvo tres defensores quienes renunciaron en la audiencia de imputación, al proceso llegó el abogado Antonio París, quien se conoció está suspendido, luego asumió la defensa el profesional Wilson Vallejo, a quien renunció el Mayor Molano y en este momento no se conoce quién asumirá la defensa.
Esta familia pide que pague quien disparó, que sería el acusado formalmente, el Mayor de la Policía Jorge Mario Molano Bedoya y no se dilate más el proceso, así como conocer qué Juez ordenó y por qué el procesado está detenido en la Cárcel de la Policía de Facatativá y no en el Coiba de Picaleña como lo ordenó la Juez Quinta de Control de Garantías cuando ordenó la reclusión.
La calle 60 con carrera Quinta
Los padres de Santiago, quienes viven a pocas cuadras de la calle 60 con carrera Quinta, se ven obligados a pasar muchas veces por este sector, donde hay un mural y hasta algunos jóvenes le pusieron una señal con su nombre.
Milena señala que siempre revisa las cámaras de vigilancia de la Policía, la que hay justo en el costado donde cayó malherido su hijo y la otra desde la cual registró cuando el Mayor Molano presuntamente disparó.
Por su parte Miguel Ángel, recuerda cómo las películas representan muy bien lo que siente cuando pasa por allí. Rememora los momentos con su hijo y trata de recordar lo representativo y lo todo lo bueno de Santiago, sin embargo siempre duele.
Esta pareja tiene planes de salir del país, radicarse en Europa para seguir pasando su duelo lejos de Ibagué, pero lo haría, sólo hasta cuando el proceso judicial termine.
Enfatizan que hasta el momento siguen el proceso penal pues su prioridad es buscar justicia por su hijo y no descartan interponer la demanda civil contra el Estado.