IBAGUÉ. José Alexánder Granada Gallón, alias ‘El Tigre’, ratificó el viernes durante la diligencia judicial, ser quien manejaba la ‘oficina’ de sicarios, cobro ilegal y otros asuntos delictivos de la organización de ‘El Señor de La B’ o banda de ‘Los Cebolleros’ y contó la forma cómo funcionaba.
En el caso por el que se investiga a Félix Bonilla, por la muerte de Joseph Alejandro Nieto Salgar, alias ‘Alfil’, Granada Gallón aseguró que ‘El Señor de La B’ llegó a su casa buscando al occiso porque le había quitado una cadena a otro muchacho en la universidad, le pegó una puñalada, y estaba grave en el hospital.
Granada Gallón recordó que José Arbey Bonilla Puentes le dijo que el apuñalado era hijo de un amigo suyo, y que como esa persona era ‘delicada’, tocaba matarlo.
Es así como ubicaron a Jhon Jairo Romero Grisales, alias ‘Coco’, quien según el declarante, trabajaba para la organización, conocía el barrio y era vecino de ‘Alfil’. Esta persona fue la encargada de ubicar a la víctima, y acompañar al jefe de la ‘oficina’ de sicarios el día del crimen.
Al día siguiente llegó Félix Antonio Bonilla Puentes, hermano del jefe de la organización, y le dijo: “Ahí le manda su papá (José Arbey Bonilla Puentes)”, y le entregó una pistola 9 milímetros Star de nueve tiros, 500 mil pesos, y agregó: “Esto hay que hacerlo lo más pronto posible”, precisó ‘El Tigre’ en su relato.
Cinco días después, Granada Gallón y Romero Grisales, sicariaron a Nieto Salgar en el barrio Yuldaima, sur de la capital tolimense.
Asesino arrepentido
‘El Tigre’ aprovechó la oportunidad para pedirle perdón a la familia de la víctima, ya que afirmó que lo menos que podía hacer, era decir la verdad, y “sé que es difícil entender a alguien cuando ha hecho tanto daño”, dijo.
“Le pido a Dios fortaleza para que los ayude a perdonar, porque también fui víctima de la muerte de mi padre y un tío”, dijo. Invitó a la familia de la víctima a que se armaran de valor para perdonarlo, ya que dijo estar arrepentido y avergonzado por el daño hecho a la sociedad.
El ‘Tigre’, quien al momento de la captura estaba esperando ser padre por primera vez, dijo que al escuchar las interceptaciones telefónicas en su contra, sintió que era el momento de ponerle el pecho a la justicia.
Así fue ‘la vuelta’
Los sicarios ubicaron a ‘Alfil’ frente a la iglesia antigua del Divino Niño: “Yo lo asesiné”, aseguró ‘El Tigre’, y agregó que ‘Coco’ era muy hábil en el manejo de la motocicleta. para evitar ser reconocido, se puso un overol de la Policía, un casco cerrado de visera negra, similar a la ropa que usó Romero Grisales aquel día.
La víctima estaba con un grupo de personas, por lo que los sicarios bajaron una cuadra hasta el gimnasio de boxeo, luego regresaron al lugar, metieron la moto entre las personas que allí se encontraban, y ‘El Tigre’ disparó sin bajarse de ella. Al apearse, percutó el arma en repetidas ocasiones.
Cuando se volvió a subir a la moto, se dio cuenta que ‘Alfil’ intentaba ponerse de pie, por lo que le propinó otros seis disparos, quedando su arma vacía.
En medio de la confusión, un joven le estaba obstruyendo el paso a los motociclistas, por lo que ‘El Tigre’, le apuntó con el arma en la cabeza para emprender la huida.