IBAGUÉ. La intolerancia está ‘matando’ a la gente, pues de acuerdo con las autoridades esta es una de las principales causas de asesinatos y violencia interpersonal. En esta ocasión la víctima fue un menor de edad en la ‘Tierra de la Tambora’.
Historia. Que el caso no quede impune es lo que piden los familiares de José Manuel Murillo Cárdenas, quien fue asesinado con arma de fuego el jueves en la noche en El Espinal.
El crimen sucedió a eso de las 9:15 p.m. en la manzana 17 del barrio Portal del Bunde, cerca a ‘La Tambora’, donde miembros de la Estación de Policía y socorristas auxiliaron al muchacho que resultó con una herida a la altura del abdomen, mientras que el culpable escapó de su responsabilidad.
Al joven lo trasladaron en ambulancia hasta las urgencias del Hospital San Rafael para que los médicos de turno le salvaran su existencia, pero sobre las 10:00 de la noche las manecillas del reloj se detuvieron anunciando que el pulso de Murillo Cárdenas había parado. Los profesionales de la salud informaron a las autoridades su deceso.
Mientras los agentes de criminalística realizaban las investigaciones, el sentimiento de culpa habría invadido al presunto responsable porque fue hasta el puesto de Policía y se entregó de manera voluntaria señalando que él era quien le había quitado la vida a José Manuel.
Pronunciamiento. Sobre el homicidio, el teniente coronel Eduardo Chamorro Pinzón, comandante del Distrito Uno y comandante Operativo de la Detol, refirió que “en un hecho de intolerancia donde se presentó una riña entre dos personas resultó lesionado el joven José Manuel Murillo Cárdenas por un impacto de arma de fuego tipo escopeta de fabricación artesanal calibre 12. Fue trasladado al hospital del Municipio donde posteriormente falleció. Personal de la Policía Nacional con la Seccional de Investigación Criminal inició la labor de los actos urgentes y se logró la entrega voluntaria de la persona que ocasionó tal hecho. Va a ser presentado ante la Fiscalía donde se va a escalarecer lo ocurrido”.
La víctima. Tenía 17 años de edad, estudió en la Institución Educativa San Isidoro de El Espinal y vivía en el barrio Villa Catalina. A través de las redes sociales sus amigos repudiaron el hecho. En la familia de la víctima hoy solo hay dolor y exigen a la justicia terrenal y divina que hagan lo propio, pues temen que el homicida quede en libertad porque no hubo flagrancia.
