ROVIRA. Carlos Torres, de 27 años de edad, llevaba seis años de soldado profesional y los últimos cuatro meses estuvo patrullando las montañas de Rioblanco y Chaparral, Sur del Tolima.
La esposa, Flor Lucero Rojas, habló el domingo por última vez con Torres. Ellos se habían casado hace cuatro meses y tenían un niño de dos años. La pareja se comunicaba constantemente y de todas las cosas que conversaban, una de ellas era el pronto retiro de Torres, porque la situación de orden público no estaba fácil, pero que lo motivaba a seguir era que estaba pagando la vivienda. El militar fue asesinado en zona rural de Rioblanco, donde un sargento también fue herido por los guerrilleros.