¿Eso es normal? La mayoría de las personas se cuestionan sobre la «normalidad» de su vida sexual al descubrir que difieren de los promedios, considerándose “estadísticamente sospechosas”, ya sea porque creen que se están masturbando demasiado, porque llevan tres semanas sin tener relaciones sexuales en pareja, porque su pene no mide lo que creen que debería medir (según su zona geográfica), porque no llegan al orgasmo por penetración sino lamiéndose los pies, o porque les encanta excitarse diciéndose cosas sucias, etcétera. Cuando las personas comienzan a compararse con promedios puede resultarles frustrante y engañoso.
Así, al ver que por ejemplo, la media de las personas que se masturban es de dos veces a la semana, y quien lee un artículo ‘científico’, lo hace 5 veces, puede llegar a considerar su conducta como «anormal».
Lo «normal es un juicio subjetivo»
Si bien la estadística es importante porque nos resume datos para ciertos procesos, a veces sólo se sirve a sí misma. Hablar de normalidad en sexualidad puede ser un vituperio, ya que es un aspecto subjetivo, personal y diverso como la mente, los cuerpos y en general, lo humano.
«La perversión está en los ojos de quien mira», esta frase de la antropóloga Mary Douglas, nos muestra que «normal» es la realidad de uno o de varios juicios subjetivos; lo normal viene en promedios, si usted no encaja no es extraño, solo es diferente. Si no se cuestiona lo aprendido no se va a conocer en su mundo sexual. Si todo lo ve como inaudito, sin haber hecho un análisis serio, todo le parecerá anómalo.
¡No todo lo que se sale del
orden establecido es desorden!
Nos enseñaron que si encajamos en el modelo, el orden, lo hegemónico, somos normales, si no, hagamos fila para la colocada de la etiqueta «anormal».
En realidad no es así. Si bien, en el mundo sexual hay asuntos cuestionables y condenables, no por lo sexual sino por lo personal, no todo lo que se sale del orden, arma el desorden. Así, si usted no tiene sexo sino una vez al año con su pareja, pero anda feliz y satisfecho por la vida, esa será su normal y su manera de hacer las cosas.
Si aparca el coito pero disfruta practicando sexo oral y existe acuerdo, consenso y placer, esa es su normal. Si decidieron en este mundo hipersexualizado, esperar al matrimonio para tener relaciones con su partner y está contentos con esa decisión, esa es su normal.
¡Normal y promedio
no son lo mismo!
Así las cosas, que usted se plante en el promedio erótico no lo manda de normal, sino que muchas personas también escogieron lo convencional, o pasan por experiencias similares que se hacen habituales en sus contextos y en sus camas. Pero eso es sólo una parte de la historia de cada persona.
Puntuar diferente al promedio no necesariamente convierte la sexualidad en un problema. Construimos esquemas mentales sobre modelos encajando en teorías sobre las que está perpetuado el orden y generalmente esas predicciones terminan siendo erróneas y arbitrarias.
El término «normal» hace hincapié en el cumplimiento de una pauta permitida y establecida asociada al bienestar, por lo tanto, si usted desea saber qué es lo normal en sexualidad, pregúntese, ¿normal para quién? ¿en dónde? ¿en qué momento? ¿sobre qué circunstancias? Una misma conducta sexual puede ser permitida o reprimida según la cultura, los valores, los intereses. ¿Qué es lo normal? lo que cada quien decida bajo la ética, el autorespeto y el respeto, no bajo expectativas, falsas creencias ni centros.
“¿Qué es lo normal? lo que cada quien decida bajo la ética, el autorespeto y el respeto, no bajo expectativas, falsas creencias ni centros”.
“Hablar de normalidad en sexualidad puede ser un vituperio, ya que es un aspecto subjetivo, personal y diverso como la mente, los cuerpos y en general, lo humano”.