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Margarita María Londoño Polania
De todas las profesiones existentes, la psicología es la más juzgada porque se considera equivocadamente como la labor donde se debería de actuar a la perfección, esto es lo que piensan muchas personas que juzgan a los profesionales de la salud mental, olvidando por completo que quienes se forman para esta labor tan difícil, también son seres humanos que pasan por diversos procesos en la vida.
A veces la incomprensión mayor se recibe por parte de los seres queridos quienes pretenden tener un psicólogo en casa, algo que es totalmente inaudito, pues en los asuntos personales se rompe la delgada línea objetiva para pasar a la subjetividad, por eso mismo es que estamos impedidos para atender casos de nuestra familia.
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Los psicólogos somos personas con sentimientos y emociones, lo cual no nos hace ser perfectos para hacer todo tan lineal como los demás esperan, tampoco nos curamos a nosotros mismos como muchos creen, de hecho, aunque tengamos herramientas para gestionar de manera más fácil algunas situaciones es imposible hacer magia con estas, de tal manera que cuando es necesario buscamos ayuda profesional.
Existen dos ámbitos que se deben de diferenciar muy bien y estos son el contexto profesional y el contexto personal del psicólogo, el hecho de tener conocimiento del funcionamiento de la mente y la conducta humana, no nos exime de padecer algunas complicaciones, ni mucho menos nos impide disfrutar de la vida.
Aunque para la gente somos el ejemplo a seguir y razón tienen, eso no significa que perdamos la esencia de ser seres humanos con fortalezas y debilidades, por ende, es importante que las personas cercanas a los profesionales de la salud mental eviten comentarios imprudentes fuera de contexto, justamente esos que en vez de edificar no ayudan para nada.
Finalmente, la psicología es una profesión muy bonita por el servicio que presta, pero muy compleja en cuanto a lo que enfrentamos día a día como seres humanos y como profesionales. La mirada hacia esta área debería de ser enfocada en el respeto por la vida personal del psicólogo, entendiendo que son personas que viven experiencias agradables y desagradables, las cuales les forma volviéndoles más fuerte para el desempeño laboral.
Frases imprudentes que reciben los psicólogos
1 “Todos los psicólogos están locos”
2 “¡Y eso que es psicólogo!”
3 “Con lo que cobran los psicólogos deberían ser multimillonarios”
4 “No, es que yo no creo en la psicología”
5 “¡La psicología no es una ciencia!”
6 “¡Ir al psicólogo es para gente tarada!”
7 “No voy a ir al psicólogo porque yo no estoy loco”
8 “¡Deberías de saber hacerlo, pues eres psicólogo!”
9 “No te puedes enojar; ¡Eres psicólogo!”
10 “¿Eres psicólogo? ¡No me leas la mente!”
11 “Los psicólogos no deberían de llorar”
12 “Te puedes sanar solo, ¡Menos mal eres psicólogo!”
13 “¡Eres muy alegre para ser psicólogo!”
Margarita María Londoño Polania
Psicóloga-Especialista
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