Otra vez la ‘ola naranja’ se tomó las calles de Ibagué. En esta oportunidad, fueron propietarios y conductores afiliados a Logalarza, quienes organizaron una protesta pacífica que avanzó por la avenida Quinta hasta el Centro de la ciudad.
Aunque la pandemia del Covid – 19 tiene al sector en una grave crisis económica, pues debido al bajo número de pasajeros transportados las cuentas aún no cuadran, la manifestación de ayer se centró en temas de carácter administrativo.
Las busetas avanzaron por las calles con pancartas y avisos pegados en los vehículos naranja, en los que se destacaban las inconformidades de propietarios y conductores.
Según Jefferson Cruz, propietario de uno de los vehículos, la Gerencia de la Empresa no les permite acceder a las ayudas que otorga el Gobierno nacional y no les han devuelto los ahorros que tienen en el fondo de reposición.
Explicó que tras la emergencia causada por la pandemia, el Gobierno autorizó que los propietarios retiren hasta el 80 por ciento de lo que tienen en dicho Fondo, pero supuestamente Logalarza no tendría el dinero disponible para la devolución.
Cobro de planilla
Otra inconformidad que tienen los afiliados a la Compañía, es que mientras otras empresas de transporte están cobrando la planilla de rodamiento diario solo cuando las busetas operan, Logalarza la estaría cobrando de manera mensual.
Respecto a este punto, la gerente de la Empresa, María Helena Espitia, aseguró que están cobrando la tarifa mínima, que corresponde a 600 mil pesos. Y agregó que “para aliviar el bolsillo de los propietarios, la bajamos a 400 mil pesos”.
Futuras protestas
Y si por Logalarza llueve, en Expreso Ibagué y demás empresas de transporte aún no escampa. Aunque las organizaciones han reactivado algunos contratos laborales que estaban suspendidos, un tema álgido por estos días es el pago de la prima.
Q’HUBO conoció que los conductores de Expreso Ibagué, por ejemplo, no están dispuestos a aceptar el pago a cuotas ya que vienen de tres meses con ingresos reducidos y algunos continúan con los contratos suspendidos.
De no llegar a un acuerdo entre las partes, la próxima semana organizarían nuevas protestas.