REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com
Ibagué es una ciudad en expansión que en la actualidad tiene problemas para suministrar el servicio de agua potable a los habitantes de sus 13 comunas, esto debido a la carencia de infraestructura adecuada por parte de la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado, Ibal, al deterioro de los acueductos comunitarios, a la disminución del caudal de algunas fuentes de captación, a los deslizamientos de tierra que generan turbidez sobre las bocatomas en épocas de lluvia y al otorgamiento de licencias a proyectos urbanísticos que no cuentan con disponibilidad hídrica.
Una ciudad en crecimiento
Según el censo realizado por el Dane en 1993, para esa época Ibagué tenía 365.136 habitantes y de acuerdo a las cifras de la medición más reciente, llevada a cabo en 2018, ya son más de 529.635 los residentes en la capital del departamento. Según estos datos, en 15 años la población aumentó en 164.499 personas y por ende la demanda de servicios públicos también creció en todas las comunas y sectores de expansión de proyectos urbanísticos.
En el caso puntual del suministro de agua potable, la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado, Ibal, es la encargada de prestar este servicio al 85 por ciento de las personas que residen en alrededor de 703 barrios que tiene la ciudad; y el 15 por ciento restante está a cargo de 32 acueductos comunitarios en ocho de las 13 comunas.
En los últimos cinco años, la demanda siguió creciendo debido al aumento de proyectos urbanísticos en zonas de expansión ubicadas, en su mayoría, en las comunas Seis, Siete, Ocho, Nueve, Doce y Trece; por lo que el Ibal y los acueductos complementarios han tenido que formular estrategias para llevar agua a los ibaguereños con la misma infraestructura de hace 30 años.
Debido a esto, problemas en el suministro como los cortes prolongados y la baja presión han ido aumentando en los últimos meses en zonas como La Arboleda del Campestre, Picaleña, Salado, Modelia, Boquerón, Ciudadela Simón Bolívar, entre otros sectores
El acueducto complementario
Hace más de 25 años se concibió en Ibagué el proyecto del acueducto complementario, el cual consiste en un sistema de conducción de agua cruda desde la bocatoma del río Cocora, hasta la planta de La Pola, para después enviar agua potabilizada al tanque Sur, ubicado en el barrio Miramar.
Según el alcalde de Ibagué, Andrés Fabián Hurtado: “Con este proyecto traeremos por primera vez 800 litros por segundo de agua para tratar en el Ibal, y de esa cantidad vamos a hacer una derivación en Boquerón de 200 litros por segundo para darle agua potable a las comunas 12 y 13”. De esta manera, se pretende ampliar la cobertura de agua potable a más de 25 mil familias de estas dos comunas que en estos momentos reciben líquido de mala calidad, así como reforzar hidráulicamente los distritos del Ibal y garantizar el servicio a los actuales y futuros habitantes de la zona de expansión en las comunas Ocho y Nueve.
La primera fase del Acueducto Complementario ya fue terminada y el pasado 19 de abril, la gerente del Ibal, Érika Palma Huertas, dio a conocer que la entidad gestionó $24 mil 127 millones de pesos para la segunda fase, recursos con los cuales se contratarán las cantidades de obras necesarias para la puesta en funcionamiento de este proyecto, cuyo plazo de ejecución sería de ocho meses.
La licitación, incluyendo la interventoría de obra, fue subida al Secop II y se esperaba que fuera adjudicada el 3 de junio, sin embargo, a través de la resolución 0129 del 9 de junio, el Ibal declaró desierto dicho proceso argumentando que hubo un único proponente, en este caso el Consorcio Ibatol LJA, integrado por Luis Egimio Barón, Aitor Mirena Delarrauri y Juan Carlos Ramírez, los cuales no acreditaron el ciento por ciento de las exigencias contenidas en el pliego de condiciones. Hasta el momento no ha habido un pronunciamiento oficial que indique cuál será el futuro de este proceso precontractual.
Los acueductos comunitarios
En Ibagué hay 35 acueductos comunitarios en ocho comunas de la zona urbana, pero la Alcaldía solo reconoce a 32 de estas organizaciones, creadas por los residentes de cada territorio con el fin de suplir la necesidad de agua potable y alcantarillado en territorios a donde aún no llega la infraestructura del Ibal.
Algunos de estos acueductos tienen deficiencias administrativas y la calidad del agua que suministran a sus usuarios en ocasiones no cumple con los estándares de calidad que se requieren para el consumo humano. De los 32 acueductos, 16 de estos, ubicados en las comunas 12 y 13, esperan beneficiarse con la obra del acueducto complementario, que a la fecha registra un avance de alrededor del 85 por ciento.
En noviembre del año pasado, el procurador Ambiental y Agrario del Tolima, Daniel Barrero,le hizo un llamado a la Secretaría de Salud Municipal para que procediera a tomar acciones sanitarias en varios de los acueductos comunitarios de la ciudad, esto teniendo en cuenta que en varios se les suministra agua cruda a sus usuarios.
Según el funcionario, quien se pronunció durante una reunión de seguimiento al Acueducto Complementario; en Ibagué al menos el 20 por ciento de sus habitantes consume agua cruda y en algunos de los acueductos comunitarios, la mala calidad reviste problemas graves para la salud pública.
‘Tanque de la Fiscalía’: otro elefante blanco
El 4 de septiembre de 2015, durante la administración del exalcalde Luis H. Rodríguez, la Alcaldía de Ibagué celebró el contrato 2511 con el consorcio Atria 2015, el único proponente que se presentó a la licitación, cuyo presupuesto ascendía a $10.030 millones de pesos y pretendía escoger al contratista encargado de ejecutar, en un plazo de cinco meses, las obras del sistema de abastecimiento de agua potable de la futura zona de expansión de Ibagué: Etapa I, entre esas la construcción del ‘Tanque de la Fiscalía’, una estructura con capacidad para almacenar 10 mil metros cúbicos de agua.
En su momento, la Alcaldía informó que el tanque serviría para llevar agua potable a la zona de expansión y ayudaría a descongestionar el de Piedrapintada, que abastece a varios sectores de la ciudad. Asimismo, dijo que estaría interconectado a los tanques de Mirolindo y Picaleña. El contratista inició la ejecución de la obra instalando los cimientos donde estaría ubicada la estructura en un predio contiguo a la sede de la Fiscalía en el sector del Papayo, y para esto, armó una gran base de hierro e inició los trámites para importar el tanque desde Inglaterra, el cual llegó a la ciudad en 2017.
La obra tenía un plazo de ejecución de cinco meses contados a partir de la firma del acta de inicio, pero en 2018, luego de tres años, la Administración municipal decidió declarar el incumplimiento del contrato por parte del Consorcio Atria 2015, argumentando que no había sido posible que este culminara los trabajos a tiempo. Por su parte, Jorge Triana, representante del consorcio, argumentó que no habían podido terminar de construir el tanque debido a los incumplimientos de la Alcaldía.
Según él, la falta de planeación del contratante habría sido la causa del incumplimiento, puesto que no se gestionaron los permisos necesarios que le correspondía tramitar a la Alcaldía de Ibagué ante Cortolima y otras entidades. Además, informó que a la fecha le debían el pago de dos actas que ya estaba acordado.
A punto de perderse
Tras los múltiples inconvenientes registrados con el contrato 2511 de 2015 y la declaratoria de incumplimiento por parte de la Administración municipal en 2018, se adelantan cuatro procesos judiciales: dos de parte del contratista que exige que se declare el incumplimiento de la Alcaldía y el pago de $3 mil millones de pesos por sobrecostos; una de la aseguradora que busca la devolución de unos recursos y otra acción que adelanta la Alcaldía de Ibagué para que el consorcio pague alrededor de $21 mil millones por concepto de recursos dejados de percibir.
A lo anterior se suma que durante la primera semana de enero de 2022, la Contraloría de Ibagué emitió un hallazgo administrativo con presunta incidencia disciplinaria y fiscal: “es una obra inconclusa desde el mes de agosto del año 2018, la cual expresa deficiencias en la función administrativa, en la medida que se derivan de fallas en la planeación y en la ejecución de los procesos, adicionalmente a lo anterior, la obra presenta complejas controversias jurídicas entre el contratista y el Municipio de Ibagué, lo que no permite tener certeza del futuro de las inversiones y la terminación del proyecto, en nuestro concepto, tiene un escenario bastante pesimista”, señaló el ente de control.
Adicionalmente, hace dos meses el contratista le solicitó a la Secretaría de Ambiente y Gestión del Riesgo de Ibagué, recibir la estructura de hierro que serviría de cimiento al tanque, puesto que podría perderse debido a que la falta de pago de arriendo del predio obligaría a su propietaria a disponer de esta. Mientras tanto, el tanque que llegó desde Inglaterra en 2017, permanece almacenado en una bodega del centro empresarial Oikos, ubicado en la vía Ibagué – Buenos Aires.