¿Por qué me llaman y cuelgan?, pilas con esta modalidad de estafa

Si recibe llamadas constantes y al contestar nadie responde, pilas, le están robando sus datos.


¿Qué son las robocalling?


El robocalling, una técnica que utilizan tanto empresas como estafadores, ha ganado terreno en la vida cotidiana de las personas. Si alguna vez ha respondido una llamada que cuelga inmediatamente, probablemente ha sido víctima de esta práctica. Aunque puede parecer inofensiva, la realidad es más preocupante.


Estas llamadas automáticas, conocidas también como «llamadas fantasma», no solo son molestas, sino que forman parte de una estrategia más amplia para verificar la validez de los números y preparar el terreno para ventas agresivas o, en el peor de los casos, fraudes.


Las robocalls, generadas por software, buscan confirmar que los números telefónicos están activos. Al responder, los estafadores saben que ese número pertenece a una persona real, lo que les permite agregarlo a bases de datos que luego son utilizadas para otras campañas, o incluso para prácticas como el phishing, donde intentan obtener información confidencial bajo falsos pretextos.


Una de las frustraciones más grandes para los usuarios es la dificultad para bloquear estos números. Los estafadores cambian constantemente las líneas telefónicas, por lo que aunque bloquee un número, seguirá recibiendo llamadas similares desde otros. Esta dinámica crea un ciclo interminable de interrupciones que afectan la tranquilidad de los usuarios.


Además de ser una molestia, las robocalls representan una amenaza latente para la privacidad y la seguridad financiera. Las técnicas evolucionan, y hoy en día, los estafadores utilizan métodos como el spoofing, donde hacen que las llamadas parezcan provenientes de un número legítimo o local, cuando en realidad son fraudulentas.


¿Qué puede hacer para protegerse?


Si recibe una llamada de un número desconocido y sospechoso, lo mejor es no devolver la llamada y evitar compartir cualquier información personal o financiera. Las autoridades trabajan para regular esta práctica, pero la prevención y la desconfianza son sus mejores herramientas para enfrentar este fenómeno en constante crecimiento.

Redacción Natalia Gualanday

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