REDACCIÓN Q’HUBO
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Un ibaguereño le contó a Q’HUBO que fue víctima de una extorsión a principios de este año y ante el desespero que le generaron las amenazas, acudió a varias aplicaciones virtuales que realizan préstamos rápidos de pequeñas sumas de dinero en efectivo, con el fin de reunir los cinco millones de pesos que le exigieron los delincuentes.
Sin embargo, su pesadilla estaba lejos de terminar debido a que después de pagar la extorsión, las aplicaciones que le prestaron la plata no le dieron el plazo acordado para cancelar la deuda, le cobraron millonarios intereses, accedieron a sus datos personales e información contenida en el celular y cuando pagó la totalidad del préstamo, le desembolsaron otro crédito que jamás solicitó.
Ahora, a pesar de haber rechazado y devuelto el dinero, le están cobrando más del doble y utilizan métodos como el acoso cibernético a familiares y conocidos del supuesto deudor.
Extorsionado y endeudado
Luis Daniel Campos Catica es ibaguereño, tiene 31 años de edad y le dio a conocer a esta redacción que entre el 5 y el 6 de enero fue contactado por una persona desconocida a través de una videollamada, la cual le tomó un pantallazo a su imagen y lo amenazó con difundirla, acompañada de acusaciones falsas con el fin de que fuera agredido por otros ciudadanos o buscado por las autoridades.
Luis Daniel, ante el desespero que le generó la intimidación de los delincuentes, accedió a pagar los cinco millones de pesos que le exigieron, para lo cual pidió varios préstamos acudiendo a una nueva modalidad de microcréditos a través de aplicaciones virtuales como Vida Luja, Credibus, Billetera Rápida, Dinero Campo, Dinero Apresurado, Inkko, entre otras. Así, le desembolsaron la suma que necesitaba, le dieron plazo de tres meses para pagar y una tasa de interés favorable. Sin embargo, días después le cambiaron las condiciones del crédito y le notificaron que solo tendría siete días para cancelarlo o de lo contrario debía pedir prórrogas, con el correspondiente aumento de los intereses.
Debido a que Luis Daniel no pudo pagar las cuotas en tan poco tiempo, pidió algunas prórrogas, pero la deuda se hizo impagable. Lo que él no sabía era que las aplicaciones habían accedido a toda la información de su teléfono celular y empezaron a usarla para acosarlo a él y a sus contactos de forma permanente. Así las cosas, tuvo que pedirle prestados a su papá más de seis millones de pesos y cancelar el saldo de los créditos, por los que le alcanzaron a cobrar más de tres millones de pesos de intereses.
A finales de febrero, Luis Daniel quedó a paz y salvo y las aplicaciones le notificaron que el saldo de la deuda estaba en ceros, pero al día siguiente, en su cuenta aparecieron consignados otro millón de pesos y al celular le llegó una notificación que le avisaba sobre el desembolso de un nuevo crédito que jamás solicitó, por lo que procedió a devolverlos. Pero la aplicación ahora le está cobrando más de dos millones de pesos, incluyendo el capital y los intereses de un crédito no pedido, además de que tienen toda su información personal y ya le están enviando mensajes a todos sus contactos. Debido a esto, Luis Daniel teme ser otra vez víctima de estafa, acoso cibernético y extorsión.
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