IBAGUÉ.Rosa María Díaz vive hace 38 años en un apartamento contiguo a la Universidad del Tolima y como ella algunos comerciantes y habitantes están ‘mamados’ de las revueltas por los ‘capuchos’ que salen de la Universidad del Tolima, como sucedió ayer.
La mujer salió a hacer una diligencia y cuando regresó se encontró a los policías enfrentando a los revoltosos. Quiso pasar para llegar a su casa, pero no fue posible porque estaban lanzando muchas ‘papas bombas’ y gas lacrimógeno.
Ella estaba angustiada porque una familiar que se encontraba en el apartamento la había llamado porque el bebé de un año estaba muy asustado: “También vivo con mi esposo y mi mamá de 80 años que tiene cáncer”.
Díaz agregó: “Es triste que para poder solucionar algo sea de esta forma, que se manifiesten bien, porque los afectados son otros”.
¿Por qué sucedió? La comunidad estudiantil organizó una marcha ayer a las 9:00 de la mañana para llegar al parque Manuel Murillo Toro donde iban a rechazar el proyecto de ordenanza que el gobernador del Tolima, Luis Carlos Delgado Peñón había presentado a la Asamblea el cual implicaba una reducción importante al presupuesto de la Universidad del Tolima.
Al parecer, algunos no sabían que el mismo gobernador en su rendición de cuentas que hizo el lunes, había anunciado que no iba a seguir con el polémico proyecto.
El secretario de Hacienda, Ángel María Gómez, dijo en su momento a El Nuevo Día: “Consideramos que es el Tribunal Administrativo o la autoridad judicial pertinente quien determine exactamente la cuantía que se le debe transferir a la Universidad”.
¿Tenían cilindro con explosivos?
Las directivas de la Universidad del Tolima se pronunciaron a través de un comunicado de prensa en el que reprocharon los hechos violentos. En el quinto punto del documento manifestaron que se había usado un cilindro de gas que tenía artefactos explosivos, que había sido ubicado en unas de las porterías.
