IBAGUÉ. Familiares de Joaquín Ortiz ayer le dieron el último adiós en medio de preguntas sobre el fallecimiento de su ser querido, pues algunos presumen que se trató de un homicidio; sin embargo, Medicina Legal será la encargada de determinar las causas de su deceso.
Historia. A las afueras del Instituto Forense de Ibagué hijos, hermanos, amigos y allegados esperaron a que saliera el carro fúnebre de Los Olivos con el cadáver de Joaquín Ortiz, para sepultarlo en el cementerio San Bonifacio.
Las lágrimas no se hicieron esperar por parte de sus seres queridos, quienes rumoraban que lo habían matado supuestamente con arma blanca y de fuego.
La última vez que los parientes tuvieron contacto con Joaquín Ortiz fue el 12 de septiembre en la mañana, y desde ese momento no volvió a contestar su celular. Al parecer, algunas personas lo vieron por el sector de la Plaza de mercado La 21 jugando billar. Presuntamente, Ortiz se fue con un amigo a buscar oro por la zona donde fue hallado sin signos vitales.
El lunes un habitante de la vereda El Ingenio del corregimiento de Tapias, Ibagué, salió de su casa a buscar su burro y lo que encontró fue un cuerpo en estado de descomposición, por lo que alertó a las autoridades que se desplazaron hasta allí para hacer la inspección.
En el momento el cadáver llevaba un jean azul, camisa blanca con rayas negras y botas de caucho.
Al caer la noche, los familiares de Ortiz se contactaron con la Policía pues al conocer la noticia la relacionaron con la desparición de su ser querido. Sin embargo, solo Medicina Legal les informaría si era el cuerpo de este con la plena identidad para así entregarles sus restos mortales.
Sus exequias se llevaron a cabo sobre las 11:00 de la mañana.
