LÍBANO. Hace dos meses, cerca de dos instituciones educativas del Líbano, abrió sus puertas ‘Ibiza V.I.P.’, un establecimiento cuya actividad económica fue registrada como casa de lenocinio y venta de bebidas alcohólicas.
Aunque el 8 de agosto el Juez Tercero Promiscuo Municipal amparó el derecho a la vida digna, seguridad, tranquilidad y cultura de los niños del sector, las autoridades no han ‘tomado cartas’ en el asunto y todos los días los niños matriculados en la Escuela Fanny Hartman y del jardín infantil ‘Mi terruñito’, son testigos del desorden, escándalos y consumo de drogas, entre otras escenas.
Fallo de tutela
El fallo le ordena a “la inspección de Policía, bajo la dirección de la Alcaldía y en coordinación con la secretaría de Planeación”, imponer al burdel y a otros establecimientos comerciales las sanciones que contiene el Código de Policía.
No obstante, según Fabián Castaño, residente del sector, “la Policía culpa al Alcalde (Germán Castellanos). El Alcalde remite el caso a la Inspección de Policía y el Inspector a la Personería (…)”, aseguró Castaño.
“Nos sentimos bastante afectados. Las mujeres entran y salen del local en ropa interior. Pelean, han habido riñas, y los propietarios del negocio, oriundos de Ibagué, son bastante groseros con nosotros. ¿Qué ejemplo le estamos dando a los niños, por Dios”, añadió.
Es de resaltar, que la ‘casa de citas’ que abre sus puertas de 8 de la mañana a 11 de la noche, jueves, viernes, sábado, domingo y lunes, también es vecina de la Casa Episcopal.
¿Qué dice el Código de Policía?
Según el artículo 84 del Código de Policía, “alrededor de hospitales, hospicios, centros de salud, centros que ofrezcan el servicio educativo en los niveles de preescolar, básica, media, superior o de educación para el trabajo y desarrollo humano, o centros religiosos, no podrán desarrollarse actividades económicas relacionadas con el ejercicio de la prostitución, juegos de suerte”, entre otros, que afecten la tranquilidad.
La cifra. 200 niños estudian en la escuela y 156 asisten al jardín ‘Mi terruño’.
