IBAGUÉ. Una llamada ayer a la madrugada despertó a Anderson Torres, quien salió a cumplir con su misión casi de superhéroe: Salvar a la ciudadanía que protegió durante 11 años como miembro de la Policía Nacional. Uno de sus mayores enemigos, las Farc, le tenían a él y a sus compañeros una trampa en la que sólo cayó él.
El caso que hoy enluta a la Institución y a una familia, se presentó sobre las 2:30 a.m., al interior de la empresa ‘Avícola Triple A’, ubicada en la vía al Aeropuerto Perales, donde los subversivos instalaron un artefacto explosivo.
Un celador de la empresa llamó a la Policía, indicando que había encontrado un elemento sospechoso cerca a uno de los carros.
Al llegar al sitio, el técnico antiexplosivos oriundo de Cajamarca, analizó el paquete y confirmó que contenía pentolita; el subintendente le dijo a un oficial que estaba en el sitio, que iba a cortar los cables. Cuando Torres fue a realizar la operación, otro paquete ubicado cerca, estalló y lo mató.
Familiares del suboficial que dio su vida a cambio de las de sus compañeros, comentaron que habían compartir el lunes con él. Una de las parientes comentó que la esposa de Torres escuchó la explosión desde su casa, ubicada en un barrio de la Comuna Ocho. El comandante (e) de la Policía del Tolima, coronel Wilson Bravo, lamentó la perdida de uno de sus hombres más importantes, y explicó lo sucedido minutos antes de que cayera uno de sus “héroes”:
“Llegó a la empresa, atendió el caso, y una vez logró desactivarlo, creyó haber triunfado; pero infortunadamente los terroristas tenían otro explosivo cerca dirigido a él, lo que le causó la muerte”, manifestó el oficial.