EFE
Agarrado a la ley del mínimo esfuerzo, sin grandes aspavientos sacó adelante Países Bajos el compromiso ante Catar para sellar su clasificación como primera de su grupo y despedir a su rival con los peores registros históricos para un anfitrión: solamente derrotas.
La cita sirvió para pocas cosas. Únicamente para apuntalar el calendario, mejorar las cifras goleadoras de Cody Gakpo y lograr el triunfo necesario, modo trámite, para alcanzar la siguiente fase como líder de la llave.
La fragilidad del adversario invitó a cierto relax al equipo de Louis Van Gaal, que contó de titular con Memphis Depay. Hacía algo más de dos meses que el atacante del Barcelona no jugaba de inicio un partido. Disfrutó de apariciones en los otros dos encuentros, frente a Senegal y Ecuador y reclamaba más peso en el once.
Estuvo activo desde que comenzó el choque, aunque decayó en su ímpetu, igual que el de todo su equipo. Tuvo una buena ocasión al cuarto de hora que se marchó por poco, cuando Países Bajos tenía arrinconado a Catar.
Tenía prisa el equipo neerlandés de ventilar la situación como antes y pensar en otras cosas, en empresas mayores. Se puso con ventaja poco antes de la media hora en una buena combinación ofensiva que terminó con un pase de Davy Klaasen a Cody Gakpo que culminó bien.
Sobresalió en Catar su portero, Meshaal Aissa Barsham, que evitó algún gol más. De hecho, impidió que Memphis marcara. Disparó a bocajarro el 9 titular de Países Bajos y salvó el gol. El rechazo lo recogió Frankie De Jong que a puerta vacía anotó el segundo al inicio de la segunda parte.
Desperdició una buena ocasión Países Bajos luego para darse un festín, pero no estuvo por la labor. Dosificó energía y permitió jugar a su rival en el tramo final, en busca de un honroso gol, en sus últimos coletazos como mundialista, pero no lo alcanzó.
