IBAGUÉ. Desde hace cuatro años la vida de Marleny Cortés Cediel cambió del cielo a la tierra, y no fue para bien. A partir de esta época su cuerpo empezó a sentir las molestias de una artritis destructiva que está acabando con sus articulaciones.
“Se me están destruyendo todos los cartílagos, hay días en los que no me aguanto el dolor y paso sin dormir, es terrible este padecimiento”, narró Marleny, madre de dos adolescentes de 16 y 13 años de edad.
Con 34 años de vida, esta mujer subsiste gracias a la ayuda de algunos vecinos, quienes al verla postrada en una cama, le obsequian alimentos.
“Mis vecinos son muy colaboradores, afortunadamente donde vivo no me cobran arriendo pero debo responder por los servicios y no tengo de dónde porque no puedo trabajar, la enfermedad no me lo permite”, agregó.
Por el nivel avanzado en que está la afección en Marleny, sus rodillas ya se tornan arqueadas y su cadera derecha no tiene movimiento por lo que debe apoyarse en muletas.
“La cadera tiene desgaste total, además presenta fisuras. En cuanto a la cadera izquierda el fémur se salió de su órbita”, dijo Cortés, mostrando una de las tantas radiografías a las que ha sido sometida.
“Le pido de manera muy respetuosa a la gente que me colabore, estoy en una situación difícil, esta enfermedad no se la deseo a nadie, es terrible padecerla. Además de los dolores no puedo emplearme para ganar lo de mi sustento”, puntualizó la mujer entre lágrimas.
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