«Ordóñez estaba con la camisa rasgada y en aparente estado de embriaguez”: patrullero testigo

En el marco de la audiencia disciplinaria adelantada contra los patrulleros de la Policía Harby Damián Rodríguez Díaz y Juan Camilo Lloreda Cubillos, investigados por abuso de autoridad y homicidio de Javier Ordóñez, el patrullero Henry Alejandro Bonilla Bastidas rindió su relato sobre lo ocurrido en la noche del pasado 9 de septiembre.

Bonilla Bastidas fue llamado en calidad de testigo por parte de los abogados de Rodríguez y Lloreda. En su intervención el patrullero aseguró que en la noche en que perdió la vida Ordóñez, él se desempeñó como auxiliar de servicio de comunicaciones.

Afirmó que recibió la llamada de una mujer en la que alertaba una riña entre varias personas, por lo que Lloreda y Rodríguez asistieron al lugar. Horas más tarde regresaron al CAI de Villa Luz y le rindieron reporte de lo que había pasado.

“Javier Ordóñez fue ingresado a la parte interna del CAI donde quedan los lockers y donde generalmente se ingresan a las personas (…) de pie caben cuatro personas”, dijo el patrullero y añadió que el estudiante de derecho llegó al lugar con la “camisa rasgada, revolcado en el piso, en aparente estado de embriaguez. Se encontraba consciente, no tenía heridas de gravedad”.

Bonilla aseguró que Ordóñez estuvo en el CAI de 45 a 50 minutos, hasta cuando empezó a “tener complicaciones”, por lo que llamó un vehículo para socorrerlo. Durante ese espacio, el patrullero aseguró que Juan Camilo Lloreda estuvo al cuidado de Ordóñez y no vio que este último le hubiera propinado golpes.

El patrullero dijo que Lloreda una vez llegó al CAI le manifestó que lo agredieron con “un puño en la cara y le dolía una de sus rodillas”, pero manifestó no tener más información sobre el procedimiento que realizó el uniformado posterior a dichos golpes.

Respecto de Rodríguez, el patrullero aseguró que “lo observé tranquilo, me estuvo ayudando a imprimir documentos y él estuvo al lado mío diciéndome qué fue lo que pasó”.

Tales observaciones las entregó Bonilla, tras unos cuestionamientos que le hicieron los abogados Jorge Páramo y Fray Segura, quienes defienden los intereses de Lloreda y Rodríguez. El testimonio del patrullero hace parte de la práctica de pruebas que solicitó la defensa en el proceso.

Para este martes se tenía previsto escuchar a dos patrulleros más, no obstante, también están vinculados en el proceso y decidieron guardar silencio, para rendir su testimonio en el proceso que los vincula directamente.

Por otro lado, Alejandro Ordóñez, hermano del hoy fallecido, se declaró como víctima en el proceso.

Tras esto, el procurador para la Fuerza Pública, Hermán Rincón, decidió suspender la diligencia para este miércoles y durante la misma poder contar con el testimonio de Wilder Salazar Guevara, amigo de Ordóñez, quien presenció los hechos ocurridos en la primera semana de septiembre.

Cabe mencionar que en la diligencia adelantada este lunes, el procurador Rincón avaló que en medio del proceso se contará con testimonios de patrulleros, pruebas documentales sobre el taser e incluso la necropsia de Ordóñez.

EL CASO

Sobre este caso la Procuraduría, en una primer audiencia, aseguró que por parte de los uniformados existió abuso de la fuerza en el marco del procedimiento policial realizado en contra de Ordóñez, el pasado 9 de septiembre, día en que perdió la vida.

“Existen pruebas que obran de la presunta responsabilidad sobre los uniformados en la muerte del señor Javier Ordóñez ocurrida el pasado 9 de septiembre”, dijo Aura Fajardo procurador delegada, al tiempo que añadió que aunque el hombre fallecido solicitaba cesar acciones en su contra, los uniformados seguían propinando descargas eléctricas a través del taser.

Fajardo en medio de su relato trajo a colación lo ocurrido con Ordóñez. Aseguró que mientras el hoy fallecido departía con otros compañeros, fue abordado por los dos patrulleros investigados, quienes lo requirieron para un procedimiento policial.

En medio del mismo, se registró una irregularidad que culminó con Ordóñez tirado en el piso recibieron descargas eléctricas del taser, que estaba bajo el mando de Lloreda. A juicio de la delegada, no era necesario que se le propinaran tantas descargas, aún cuando el hombre ya estaba reducido.

Fajardo aseguró que hay evidencias que revelan que, además, de las descargas, los patrulleros le propinaron “puños y patadas” que desencadenó la muerte del hombre. Por este tipo de situaciones, el Ministerio Público le solicitó a Medicina Legal el reporte de la necropsia practicada al hoy fallecido.

La delegada de la Procuraduría aseguró que tienen en su poder pruebas documentales, fílmicos y testimoniales que dan cuenta de la posible responsabilidad de Lloreda y Rodríguez en los hechos.

Para Fajardo accionar el taser en más de una ocasión cuando el hombre ya estaba reducido “denota un abuso policial” y desconocimiento de sus deberes como funcionario público que está para proteger a la ciudadanía.

La delegada dejó claro que como miembros de la institución están capacitados para identificar en qué momento se puede usar un arma de dotación, y sobre todo cuando el exceso de la misma va en sentido a generar un dolo.

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