Ocho familias del barrio Las Vegas viven con una alcantarilla colapsada desde hace tres años

El agua servida que cae por la carretera llega hasta la zona verde, donde se empoza y salen malos olores. Fotos: Hélmer Parra/El Nuevo Día/Q’hubo.

Con un alcantarillado colapsado, malos olores, mosquitos y aguas negras por sus calles, viven los habitantes de la carrera Tercera sur con calle 21 del barrio Las Vegas parte baja, en el sur de Ibagué.

Según los residentes, cuando llueve “baja de todo” y en verano los mosquitos y los malos olores afectan a ocho familias que viven con el problema.

Incluso informaron que una cancha de fútbol, ubicada cerca de la ribera del río Combeima y que hizo parte de la invasión Cámbulos, está inundada con aguas negras, enmontada y debido a problemas de seguridad, no es utilizada.

Son ocho las familias de esta cuadra las afectadas por cuenta del colapso de la alcantarilla.

Colapsado

Q’HUBO estuvo en el lugar y habló con Martha Nidia Orozco, presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Las Vegas, quien señaló que viven con este problema desde hace tres años.

“Ya llevamos tres años batallando para que nos la vengan a arreglar, cuando vinieron arreglar la vía de la calle 21 a la 22 se le dijo al ingeniero que no se fuera a pegar de esa alcantarilla porque ahí estaba colapsado, el señor dijo que el ingeniero era él y no nos hizo caso, ahora nos perjudicó a toda la comunidad porque se destapó esa alcantarilla, se colapsó”, aseguró la presidenta de la JAC.

Agregó la líder comunal, que le han enviado videos al Alcalde, al Secretario de Gobierno y al Ibal, pero no les han dado respuesta. Indicó que les ofrecen el servicio del vehículo váctor, les toman fotos, medidas, pero no ha habido una solución de fondo.

“Nos va tocar sacar un video en vestido de baño nadando en las aguas sucias para ver si el Ibal nos atiende”, finalizó Martha Nidia.

La afectada

Floralba Gutiérrez, residente en la vivienda ubicada más cerca del daño de la alcantarilla, señaló que vive con dolor de cabeza por culpa de los fuertes olores y que su casa debe permanecer cerrada.

“El excremento salía por un hueco, pero cuando el Ibal trae el aparato (váctor) y limpio. Ese problema nos tiene fregados y no quieren poner cuidado, arreglar, vienen mira y salen. Nosotros pagamos impuestos y eso no es gratis porque lo pagamos en el recibo”, puntualizó la afectada.

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