Norma Bejarano. Psicóloga-Sexóloga. @normasexologia020
La sexualidad es una preocupación de peso en la gran mayoría de las personas, especialmente, cuando el ciclo de la respuesta sexual que debería terminar en orgasmo, no se cumple. En otras palabras, el orgasmo que debería llegar o ser una reacción «natural» al ‘hacer parte’ de nuestra biología, demuestra que no es tan natural como creemos. La dificultad o disfunción de la etapa orgásmica femenina es motivo reiterado de consulta. Glosando a una admirada sexóloga, si el orgasmo se efectuara únicamente de manera biológica, tendríamos la consulta vacía y no habría anorgasmia femenina de ningún tipo, pero la realidad es otra.
¿Qué es la anorgasmia femenina?
La anorgasmia puede definirse como la imposibilidad permanente o recurrente para llegar al orgasmo o alcanzarlo, causando mucha angustia personal. Se clasifica en primaria, cuando la mujer nunca ha podido experimentarlo. Y en secundaria, cuando la mujer tuvo un pasado orgásmico pero un presente con retirada del mismo. También puede darse de manera situacional, es decir, que ocurre en determinados contextos.
La dificultad o disfunción orgásmica, anorgasmia o ausencia de orgasmos puede darse así los estímulos sexuales sean los adecuados, esto permite también diferenciar los criterios diagnósticos y descartar de entrada la falta de deseo sexual, trastornos en la excitación o síndromes dolorosos de la práctica sexual.
¡La cultura (y la educación) nos influye!
A la dificultad orgásmica le anteceden diversos eventos culturales, psicológicos, emocionales, y por supuesto físicos. Pero realmente la cultura nos influye; la sexualidad es una de las actividades más culturizadas y a la vez más entorpecidas por efectos de la misma. El orgasmo y su parámetro natural se encuentra sometido a la cultura, especialmente la represiva.
Dijo el filósofo Friedrich Nietzche en su época, trascendiendo un marco temporal y como vaticinio universal, que la educación que se da a las mujeres tiene algo de monstruoso que pasma. Las educan en completa ignorancia sobre el amor, la gestión del pudor y con profundos temores en estos y otros temas, entre otras cosas. Siendo así, ni la interdicción ni la ignorancia de antes ni la de ahora han permitido a muchas mujeres la compresión de los hechos de su complejo sistema, y el entendimiento de, por ejemplo, que un orgasmo se debe cocinar, se debe aprender aprendiendo a sentir placer, se debe permitir alejado de mandatos y prohibiciones, y que requiere sí o sí, conocimientos en sexualidad, culturales y por supuesto, anatómicos.
Otras causas e incidencias:
Dentro de los factores que pueden incidir o causar la disfunción o dificultad orgásmica femenina se encuentran; la ansiedad por el desempeño, la presión por el rendimiento, y algunos rasgos de personalidad que impiden dejarse llevar o que generan un autocontrol excesivo. Las actitudes negativas hacia el sexo, asimetría en la apetencia erótica por la pareja, conflictos no resueltos, dualidad entre los valores aprendidos y los que la sociedad demanda en materia sexual, la culpabilidad, trastornos del estado de ánimo, poca habilidad comunicativa, monotonía sexual, educación sexual inadecuada, actitudes negativas hacia la autoestimulación, miedo a perder el control, distorsiones cognitivas, etc. También hay causas farmacológicas especialmente con el uso de antipsicóticos o antidepresivos, y algunas enfermedades o situaciones médicas en estudio.
¡Los tratamientos!
Las particularidades que impiden el orgasmo son variadas, así como las maneras de abordar cada situación. Por ende, lo más recomendable es asistir a consulta para atenderse en la terapia médica dado el caso para el respectivo enfoque farmacológico, y/o el encuadre psicosexual si la dificultad bordea o está inmersa en las causas psicológicas y culturales.