No soportan el olor a ‘marihuana’

Desde su proyección, el Skatepark tuvo opositores que se negaban a su construcción. Fotos: Jorge Cuellar/ Q’Hubo.

Desde su proyección, el Skatepark tuvo opositores que se negaban a su construcción. Fotos: Jorge Cuellar/ Q’Hubo.

REDACCIÓN Q’HUBO / qhuboibague@gmail.com

Habitantes de alrededor de veinte casas ubicadas en la carrera 6B con calle Once del barrio Centenario de Ibagué, le contaron a Q’Hubo que el incremento de la venta y consumo de estupefacientes en el sector los tiene perjudicados, por lo que piden mayor presencia de las autoridades. 

Venta y consumo de drogas

En noviembre de 2013, la Gestora Urbana de Ibagué anunció la construcción de un Skate Park en un lote ubicado entre la carrera 6B y 7 del barrio Centenario. La idea era adecuar un escenario para las personas que practican deportes como el patinaje, el monopatinaje o skateboarding y el BMX en la ciudad. 

Desde un inicio, los residentes del sector se opusieron a la construcción de este escenario argumentando varias razones. Algunos manifestaron que era mejor hacer un parque para toda la comunidad y no para una minoría, mientras que otros dijeron que el lote no serviría pues era un botadero de escombros o que el ruido no los dejaría descansar y que al construir el Skatepark, el consumo de alucinógenos aumentaría en la zona.

Finalmente, bajo la administración de Luis H. Rodríguez, inició la construcción del proyecto y la oposición al mismo continuó bajo los mismos argumentos. No obstante, a principios de 2016, durante la alcaldía de Guillermo Alfonso Jaramillo, el nuevo Skatepark fue entregado a la ciudadanía ibaguereña. Desde ese día, muchos deportistas jóvenes encontraron un escenario óptimo para la práctica de sus disciplinas. 

Pero el temor de los residentes de la calle 6B del barrio Centenario de que con la construcción de este parque se registraría venta y consumo de estupefacientes se hizo realidad y desde hace seis años se han visto afectados por esta problemática. 

Un vecino, que pidió mantener su identidad en reserva, le contó a esta redacción que desde que se construyó el escenario, a diario tienen que aguantar el olor a marihuana, la presencia de ‘jíbaros’, riñas entre los usuarios del lugar y el ruido que generan los constantes eventos que se realizan en el parque Centenario. Asimismo, aseguran que la presencia de decenas de personas a altas horas de la noche, muchas de las cuales usan parlantes, alteran la tranquilidad de la comunidad.

A raíz de esta situación, desde el 2016 los vecinos del sector se unieron y pusieron algunas cámaras de seguridad y alarmas, pero a la fecha, según ellos, el problema de venta y consumo de drogas persiste, por lo que piden a las autoridades mayor presencia en dicho parque puesto que en las ocasiones que ellos mismos han intentado reclamarles a los consumidores, estos han reaccionado de manera negativa.  

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