IBAGUÉ. Casi cuatro horas de angustia tuvieron que aguantar dos parientes que no vieron llegar a una niña de 12 años a la casa como era costumbre, porque dos hombres la habrían secuestrado, al parecer, por equivocación.
La madre y una acudiente fueron dos veces a la institución educativa de donde la menor de edad salió al mediodía del pasado 30 de julio, pero no lograron saber dónde estaba.Sólo una llamada a eso de las 4:00 de la tarde logró traer la calma a la casa de las familiares.Una señora que vende minutos cerca al puente que comunica al barrio Arado con el Divino Niño, ayudó a la pequeña luego de verla llorando y caminando sola por el lugar.
La historia. “Eso fue el miércoles a las 12:25 del mediodía cuando ella salió de estudiar. Unas personas de un recorrido le preguntaron de cuál ruta era ella. Dijo que del de don Alfonso. Luego le respondieron que a Alfonso se le había quedado una niña y que ellos la tenían que llevar”, afirmó la progenitora de la víctima.
Y agregó: “Ella se subió y cuando la niña vio que los del recorrido pasaron por La Terminal de Transportes, les dijo que por ahí no era la casa de ella. Entonces los tipos le respondieron que tranquila, que iban a ir por otra niña y luego la llevaban a la casa de ella”.
La hija le siguió contando que subieron por la Avenida del Sur hasta llegar al Batallón del Ejército y una cuadra más arriba entraron por otra calle.En ese instante, el conductor le dijo al acompañante que “ella no era” y seguidamente decidieron dejarla en el lugar exigiéndole que no fuera a decir nada sobre lo ocurrido.
“La niña volteó a mirar un aviso que decía Villa Leo y empezó a caminar. Se fue por La Variante y llegó hasta el barrio Arado. Una señora la encontró llorando y le ayudó a llamar”, sostuvo la mamá de la afectada. La estudiante llegó con los pies lastimados de tanto caminar, según recordó la progenitora.
Posteriormente, decidieron ir a la Sijín de la Policía para poner la denuncia. Allí la víctima describió a uno de los sujetos como moreno y gordo, y al otro delgado y con el rostro lleno de huecos. Ambos tenían gafas oscuras y guantes negros. La llevaron a Medicina Legal para descartar cualquier daño que le hubieran hecho a la menor de edad y luego contactaron a las directivas del colegio.
“El viernes hubo una reunión de padres y yo les dije que pusieran en conocimiento el caso porque posiblemente estarían buscando a otra niña, por lo que se habían equivocado con la mía, pero me dijeron que no”, contó la progenitora.También enviaron una carta a la rectora de la Institución para que se tomen medidas preventivas.