No caiga en el cuento de los bonos

El gancho es un bono en el que supuestamente la persona gana 250 dólares. Foto suministrada.

REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com

Un ibaguereño alerta a la ciudadanía sobre una presunta estafa o publicidad engañosa, que una empresa estaría llevando a cabo en la ciudad. 

En diálogo con Q’HUBO, Carlos Martínez contó la amarga experiencia que vivió. Aunque no perdió dinero, pues no aceptó adquirir un supuesto plan turístico, el trato que recibió en la oficina de la entidad le dejó sorprendido y con muchas dudas. 

Afirmó que a la entrada de un centro comercial, un joven bien vestido lo abordó, le preguntó si usaba tarjetas de crédito y le entregó tres bonos parecidos a los conocidos como raspe y gane. “Con los dos primeros bonos no gané, pero con el tercero sí. Me salió que había ganado 250 dólares. No obstante, el muchacho explicó que para hacerlos efectivo, debía ir a la oficina de la empresa, en el edificio Torreón del barrio Piedrapintada”, contó.  

Con la ilusión de tener en sus bolsillos cerca de un millón de pesos, Carlos y su esposa fueron a dicho lugar, donde según su versión, al principio lo atendieron muy bien, pero cuando le aclaró a los empleados que no compraría ningún plan turístico, lo trataron mal. 

“Al principio no ofrecieron tinto, aromática, mejor dicho. Luego, una mujer sacó unas hojas, nos hizo como un croquis, nos pidió números y claves de las tarjetas. Supuestamente lo que venden son planes turísticos, no obstante, no sé si eso es verdad o no porque cuando le dije que no, que no me iba a meter en eso, se enojó y empezó a decirle a mi esposa que ella estaba en el bus que no era porque tenía un marido que no la llevaba a viajar”. Según añadió, la asesora le recomendó a la mujer de Carlos, que mejor se fijará en el vecino, que de pronto él sí la llevaba a pasear. 

“No creo que una empresa seria tenga trabajadores con esos comportamientos. Le hago un llamado a las autoridades para que visiten la oficina y supervisen si es legal o no”, concluyó el ciudadano. 

Otro caso 

Luis Jiménez fue otra persona a la que le entregaron un bono. Ocurrió en una estación de gasolina en el barrio Parrales. “El joven, bien presentado, me dio confianza. Me preguntó si usaba tarjetas de crédito. Yo iba con una amiga, pero el supuesto bono ganador fue el mío. Iba a ir a la oficina, pero vi que en redes sociales unas personas contaron que los habían estafado. Gracias a eso no fui por allá”, indicó. 

Como no compré ningún viaje, la asesora le dijo a mi mujer que cambiara de marido”. 

Carlos Martínez

Lector de Q’HUBO

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