Desesperados están los comerciantes y habitantes de la Plaza de la 28 por los malos olores y el reguero de agua negras que provienen de una alcantarilla que colapsó en enero y que aún no ha sido intervenida por el Ibal.
El daño en el desagüe, ubicado sobre la calle 28 con carrera Cuarta C, además de los malos olores que emite por las aguas negras que de allí brotan, se ha convertido en un botadero de basura, situación que ha desatado un problema de salud pública en la zona. Los afectados hicieron un llamado al Ibal y aseguraron que ya no aguantan más los olores nauseabundos que en días de sol se hacen insoportables.