Navidad, feliz navidad.. los ibaguereños le apostaron a los pesebres ecológicos

Como es costumbre cada año, Q’HUBO visitó algunos pesebres creados por la comunidad con fervor, amor y fe para recibir este 24 de diciembre al Niño Dios. Aunque la pandemia del Covid – 19 influyó para que en una importante cantidad de barrios no vistieran el pesebre, para evitar aglomeraciones, otros sí lo hicieron, eso sí, acatando el distanciamiento social y las medidas de bioseguridad. 

En el barrio Alaska, por ejemplo, sus habitantes crearon dos pesebres, uno para los niños y otro para los adultos. Javier Cardona Parra, líder del sector, explicó que en el parque principal ubicaron el de los más pequeños. “Es un pesebre moderno porque hay edificios y casitas bien bonitas. Las hizo una arquitecta que aquí vive. La casa donde nacerá Jesús está hecha de un guacal de madera y el fondo lo adornamos con el tronco de un árbol, que había por ahí. Tratamos que todo fuera reciclable”, dijo el líder.

Separaditos

Este año, don Javier tuvo una tarea adicional, pintó en la calle 20 bolitas blancas con dos metros de distancia entre cada una. Allí se sientan los niños en las noches a rezar la novena. Cada uno debe tener su tapabocas y se rotan por grupos, unos días van unos y al otro día otros. 

El otro pesebre del barrio está en la parte de arriba, donde Alaska colinda con Santa Bárbara. “En años anteriores ocupábamos toda la cuadra con el pesebre. Los muñecos y animalitos eran muy grandes, no obstante, por el virus, optamos por solo tener a María, José, Jesús y los Reyes Magos”, expresó.

Y continuó: “En las noches saco un parlante al andén de la casa y desde su vivienda, los vecinos me acompañan. Cada noche una familia reparte un compartir. Lo hacemos para cultivar la unión y solidaridad entre nosotros”. 

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