El llanto de un bebé, despertó a los residentes de una casa ubicada en el Sur de Ibagué. Eran las 11 de la noche del pasado miércoles 17 de febrero, cuando Yaneska Prieto salió del baño de la vivienda con un recién nacido en brazos, también cargaba la placenta y el cordón umbilical.
Era su hijo y no tenía ni idea que durante más de ocho meses había crecido en el vientre. Sí, no tuvo ningún síntoma de un embarazo, la menstruación le llegó de manera normal, no tuvo vómitos, mareos ni antojos. Solo subió unos kilos de más, pero no tantos como para sospechar que en sus entrañas crecía una nueva vida.
Susto y felicidad
“Viví una experiencia inimaginable. Te da un dolor de estómago, vas al baño, revientas fuente y sales con un bebé (…) tuve la menstruación hasta diciembre y no sentí ni una patadita. Estaba un poquita rellenita, pero la barriga no era de una embarazada. Le pregunté a los médicos, pero ¿Dónde estaba mi bebé? Ellos me dijeron que hay unos bebés que se encajan bien y en una sola posición”, dijo la nueva mamá.
Y agregó: “No sabía qué hacer. Con el niño en las manos llegué a la habitación y le dije a mi esposo: mire lo que nos llegó. Él tampoco lo podía creer y finalmente el llanto despertó a la dueña de la casa y a los vecinos. Ellos también me preguntan, ¿Pero dónde tenía usted ese bebé?”.
Para Yaneska y su esposo, su segundo bebé es una “bendición de Dios” y aunque llegó de sorpresa y sin darles tiempo de prepararse psicológica y económicamente, están felices con su presencia.
“Un vecino nos llevó al Hospital San Francisco, eso sí, acá ninguno se atrevió a cortar el cordón. En el centro médico la atención fue excelente, los médicos terminaron el alumbramiento y hasta me brindaron atención psicológica, pero estoy muy feliz”, señaló Yaneska.
Para ayudas
Las personas solidarias que desean ayudar a la familia y al niño con ropa, pañales y artículos de bebé, pueden comunicarse con Yanesca Prieto a la línea 315 246 84 69.
La pareja de esposos tienen otra niña de dos años de edad.
Dato
Yaneska completa cuatro años viviendo en Colombia, de estos 14 meses en Ibagué. En venezuela estudió Licenciatura en Educación y cursó una especialización en Ciencias Sociales, no obstante, en Colombia no ha podido homologar la carrera, por lo que se ha ganado la vida trabajando como niñera y empleada doméstica.
“Me encantan los niños y enseñar. A veces le doy clases o lidero actividades con los niños del barrio. Por unos meses estaré con mis hijos, pero espero poder volver a trabajar y tener dinero para ayudarle a mi esposo con los gastos del hogar”, aseguró.
