Por: Norma Bejarano. Psicóloga-Sexóloga. Instagram @normasexologia020
“Mucho verano” es una locución popular que advierte sobre la sequía o la sed de algo. Así, si estamos en una fiesta y se demoran en repartir los tragos, los invitados comienzan a decir: “mucho verano”. También, por supuesto cuando hay periodos sin actividad sexual, la gente se expresa con esta frase. ¿Pero realmente cuánto tiempo tiene que pasar para declararnos en un intenso calor o sequía sexual?
¿Cuánto tiempo sin sexo se convierte en mucho tiempo?
Es utópico pensar que la mayoría de las personas tienen vida sexual para dar y convidar, menos uno. Porque la realidad es que una ingente cantidad de mortales con o sin pareja fluctuamos entre periodos de vacas gordas y vacas flacas.
Mucho tiempo sin sexo para algunos pueden ser dos semanas, para otros un año, sin embargo, según los expertos podrían ser entre 3 y 5 meses. Aclarando que es estar sin encuentros cercanos de ningún tipo, porque si usted se masturba, está obteniendo las bondades del ejercicio de la sexualidad a través del “yo con yo”. Tan solo tendría que descubrirse en la actividad a solas, entenderla como otra forma de placer y ampliar su esquema de lo sexual.
Por otra parte, diversos eventos hacen que la actividad sexual merme y en casos más puntuales, desaparezca: trabajo, estrés, tensiones, rupturas, duelos, hijos, edad, hormonas, enfermedad, etcétera. Cada caso es diferente, pende de cada quien dejar deshidratar el deseo o humedecerlo, darle rienda suelta, bucear por otras opciones, o aparcar el erotismo.
Efectos de periodos prolongados de sequía sexual.
Para empezar sin tremendismo, nadie va a morir literalmente si no tiene encuentros sexuales. Por mucho “verano” o “calor” que contenga no correrá riesgo la vida. La sensación de malestar dependerá de qué tan importante sea para usted la frecuencia sexual; si le da la máxima calificación puede que se torne odioso/a, que ande matando y tragando del muerto, o sea, enojón/a por doquier.
Si padece de compulsión y ansiedad por el asunto y esto le genera egodistonía o incomodidad, tal vez sucumba a tentaciones como la comida, las compras y otros, para compensar. Si fue su pareja quien prescindió del sexo unilateralmente y sin su consentimiento verá afectada la relación de pareja, tal vez lo lleve a la separación con las consecuencias emocionales propias, pero aquí pueden pasar dos situaciones: que no quiera volver a saber del aquello y le eche candado a lo lúbrico, o que se sienta tan liberado/a que haga un repunte, y del desierto erótico pase a disfrutar del oasis.
Dejar mucho tiempo sin desplegar las alas de la sexualidad también puede tener un efecto de modorra crónica, a tal punto que cuando desee volver al ruedo, cuerpo y mente necesitarán recuperar el tono, tal vez con ayuda profesional debido a que se instauran variopintas inseguridades.
Cuando se deja un largo periodo sin sexo, las personas comienzan a huirle al contacto por temor a fallar, a no gustar, o no ir a la vanguardia de las amatorias, etcétera, prefiriendo encuentros virtuales, consumo de porno, o maratones de televisión.
Para tener en cuenta…
Se puede pasar un tiempo sin practicar sexo, en una sociedad tan hipersexualizada no supone un riesgo per se. Pero no lo ponga en saco roto, pues se perderá de crecer y vivir como ser humano con la intensidad maravillosa del erotismo y de las tropecientas sensaciones físicas y emocionales que la actividad ofrece. Si cree que pasa por una época de mucho verano, dese la oportunidad de un alguito erótico para refrescarse, confíe en su imaginación.
“Dejar mucho tiempo sin desplegar las alas de la sexualidad también puede tener un efecto de modorra crónica, a tal punto que cuando desee volver al ruedo, cuerpo y mente necesitarán recuperar el tono, tal vez con ayuda profesional debido a que se instauran variopintas inseguridades”.
“Cuando se deja un largo periodo sin sexo, las personas comienzan a huirle al contacto por temor a fallar, a no gustar, o no ir a la vanguardia de las amatorias, etcétera, prefiriendo encuentros virtuales, consumo de porno, o maratones de televisión”.