REDACCIÓN Q’HUBO
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En Ibagué se forman toda clase de músicos que hacen honor al título que recibe nuestra ciudad. Una muestra de ello es el trabajo que viene realizando Miguel Escobar, quien desde su sonido rock, ska y alternativo, envía en sus letras mensajes profundos de amor y superación.
El arte corre por sus venas
Miguel Ángel Escobar Castellanos, cuyo nombre artístico es Miguel Escobar, es un ibaguereño cuya familia tiene raíces de Murillo, personas del campo. Desde pequeño, el artista sintió fascinación por la música.
“A los 13 años empecé a tocar el bajo en una iglesia cristiana, luego aprendí guitarra y voz. En mi adolescencia me formé empíricamente, gracias a Internet, pero luego ingresé a la Efac y estudié el Técnico en Música Colombiana”, afirma el joven cantante.
Su formación académica le permitió pulir su técnica vocal y complementar la música con otras expresiones. Miguel es también artista plástico de la Universidad del Tolima y realiza esculturas y obras que se complementan con sus composiciones.
Asimismo, durante nueve años formó parte de la banda Pasión de Creer. “Yo era el bajista. La banda tenía un estilo suave, entre tropipop y reggae. Luego, yo asumí el liderazgo y me enfoqué en sonidos rock y ska”, cuenta. Sin embargo, en un momento, el intérprete decidió tomar su camino como solista.
Gracias al mensaje positivo de sus canciones, que aunque no nombran directamente a Dios, sí hacen referencia a alguien incondicional y tienen un mensaje de esperanza, paz y vida; Miguel empezó a presentarse con fundaciones, en comunidades, iglesias y algunos escenarios alternativos.
En uno de esos toques, en la Tercera Etapa del Jordán, fue visto por la banda mexicana Fruto Lírico, traída por el colectivo Revolución de Amor.
Allí, inició una conexión entre el ibaguereño y tanto artistas, como productores del país manito. “Que te escuchen y digan quiero grabarte, es algo muy grande”, expresa Miguel. Tiempo después, empezó a grabar sus sencillos, gracias a la disquera Común Medio y al trabajo de los productores Jank y Diego Hernández.
De esta manera, ya cuenta con temas como ‘Pase lo que pase’, ‘Te tengo a ti’ y ‘No me sueltes’. Los videos de sus canciones fueron grabados en Ibagué con el apoyo de compañeros de Artes Plásticas de la UT.
“Busco que mis canciones lleguen a muchos lugares. Mi plaza más fuerte es México. Hice tres giras en un año. En Ibagué no hay escenarios para todo el mundo”, comenta Miguel, en referencia a la falta de oportunidades para artistas de su género en la ciudad. Al parecer hay un prejuicio con la música con contenido de fe en las letras.
Asegura que incluso en espacios para artistas alternativos, que son los ritmos a los que pertenece su música, las posibilidades de presentarse son pocas. “El público debería darse la oportunidad de conocer a otros artistas”, opina el cantante, a quien le gustaría sonar mucho más entre la gente de su propia tierra.
Pese a ello, ha alternado con uno de los grandes referentes de la música cristiana en el país, la agrupación Pescao Vivo, gracias a un toque de la Alcaldía y la Efac. Además, pronto regresará a México para continuar dando a conocer sus canciones. Allí también ha alternado con grandes exponentes del alternativo con mensaje de ese país. Asimismo, continuará buscando su sonido e identidad musical, siempre con la meta de trascender y seguir los pasos de artistas como Alex Campos, ganador de varios premios Grammy.
Miguel también tiene planeado viajar a Europa y lanzar su primer álbum este año.
DATO:
27 años de edad tiene el artista.
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