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Margarita María Londoño
Psicóloga-Especialista
Instagram: @margarita_psicologa86
La tarea de ser padre o madre es un poco compleja, debido a que la responsabilidad de guiar a los hijos para ayudarlos a seguir adelante día a día abarca varios quehaceres tales como: corregir su comportamiento, decirles lo que tienen que hacer, negarse a algunas solicitudes, establecer límites entre otras labores. En sí todo es muy importante en cuanto a lo relacionado con la crianza, pero la manera de relacionarse con ellos es mucho más que eso.
Educar no significa simplemente pretender llevarlo por el buen camino, por ende, crear interacciones positivas con ellos, mejora el proceso educativo y evoluciona la parte emocional. Fortalecer el vínculo y la relación entre padres e hijos, ayuda demasiado para que la labor educativa sea más fácil, es decir, que la conexión se vuelve algo esencial, ya que entre más fuerte sea la relación mejor es la convivencia en casa.
Antes de que los hijos cumplan con las reglas establecidas por sus padres, es fundamental saber si los métodos dentro del modelo de crianza que se utilizan son los adecuados, de ahí es donde se da la verdadera cooperación, porque cuando ellos confían plenamente en quienes le guían, estarán motivados a cumplir con las normas.
Preocuparse por dominar su comportamiento, dejarles que hagan lo que quieran o cohibirles de todo solo traerá problemas, por eso es mejor establecer una buena y sana relación, dejando de lado el autoritarismo, la permisibilidad y la sobreprotección; en este sentido lo viable viene siendo estrechar el vínculo con amor, respeto, atención y responsabilidad. Por ejemplo, antes de llenarlos de regalos u objetos materiales para tapar los vacíos de la crianza, es mejor obsequiarles tiempo de calidad.
Aunque la diferencia de edades entre padres e hijos es notoria, nunca es tarde para empaparse de los temas interesantes de la edad en que se encuentra tu hijo (a). El diálogo, el afecto y compartir juntos son tres componentes para acercarse a generar confianza en el vínculo, al creer en ti plenamente él o ella tendrá ganas de expresar sus sentimientos y así será más fácil poder orientarle. No hay que escandalizarse por lo que te cuente, por el contrario, hay que comprender sus pensamientos, ideas, emociones y conducta, recuerda que tu hijo es un ser humano en pleno desarrollo humano.
Enseñar incluye entender que ellos no actúan por control remoto, son libres de elegir sus actitudes, pero acá lo interesante del tema es que sus acciones sean orientadas por el adulto sin juzgamientos o señalamientos, siempre será más fácil estructurar su parte emocional y conductual cuando se sienten apoyados por sus progenitores, evitando cualquier tipo de exceso en el modelo crianza.
Fortalecer la relación
1 Abrazales y acaríciales desde la mañana.
2 Escúchalos y dialoga con ellos durante el día.
3 Comparte tiempo en el desayuno, almuerzo o cena.
4 Déjales mensajes de amor en un cuaderno, en la cama, sobre la mesa o cualquier sitio visible.
5 Bailen y canten juntos.
6 Despídete de ellos con un beso y un abrazo.
7 Recíbelos siempre con amabilidad.
8 Cuando estés compartiendo con ellos, aléjate del móvil.
9 Permíteles que expresen sus sentimientos.
10 Muéstrales empatía.
11 Anímalos y motívalos en todo momento.
12 Acompáñalos en sus actividades escolares.
13 Separa un espacio diario para jugar con ellos.
14 Genera confianza para que te cuenten lo que les pasa.
15 Hazles saber que cuentan contigo siempre.
16 Lean juntos fragmentos de un libro interesante.
17 Compartan espacios de diversión fuera de casa.
18 Evita los excesos en el modelo de crianza.
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