PEREIRA. El crimen de la tolimense María Teresa Martínez, que trabajaba como Jueza de Paz de la Comuna del Café, en Pereira, habría sido por venganza. Así lo asegura la Policía que capturó al presunto autor del homicidio.
Martínez habría sido ultimada por un problema personal que tuvo hacía dos años. Según la Policía, en esa época María Teresa vivía con Diana, una joven de 25 años, en una casa que a ésta le habían dejado como herencia. La Jueza de Paz protegía a la muchacha que sufre una discapacidad física, pero al parecer también tenía algún interés en la vivienda.
El problema
Diana empezó una relación sentimental con un hombre de 64 años, pero la Jueza de Paz nunca estuvo de acuerdo con ello, pues el anciano se mantenía en esa casa y al parecer, María Teresa temía que quisiera adueñarse de ella. Con la autoridad que la Jueza de Paz tenía por ayudar a Diana a salir adelante, echó de la vivienda al pretendiente y le prohibió la entrada, por lo cual la relación llegó a su fin.
De acuerdo con las declaraciones del coronel Gonzalo Ricardo Londoño, comandante de la Policía Metropolitana, a este hombre de 64 años le dolió demasiado separarse de la muchacha, pues al parecer sintió que nunca volvería a tener a su lado a una mujer de esa edad y entonces se llenó de inmenso odio por Martínez.
El asesinato ocurrió el miércoles a las 3:30 de la tarde, cuando el anciano vio pasar a María Teresa por el frente de su casa, y recordó todo el ‘mal que le había hecho’, así que sin pensarlo dos veces y aunque ella estaba con una amiga, le pegó tres puñaladas.
«¿Por qué me hace esto?», fue lo único que la Jueza de Paz pudo decir.
«Me dejé llevar por la ira», fue lo que L.A.E.P. le dijo a los policías mientras le ponían las esposas ayer a las 6:00 de la mañana frente a su residencia.
LAS PRUEBAS
La mujer que acompañaba a María Teresa cuando fue agredida y los restos de sangre que tenía L.A E.P en su ropa son las pruebas que más lo comprometen. Así mismo, una cortada que tenía en una mano.