En una zona verde, frente a la sede de Expreso Ibagué, ubicada en el barrio Casa Club, permanecen todos los días desde el 8 de agosto, algunos conductores de la Empresa cuyo contrato fue suspendido al inicio de la pandemia por el nuevo coronavirus.
Mauricio Martínez Calderón, uno de los afectados, informó que ellos hacen presencia en el lugar porque ya pasaron 120 días, plazo máximo que otorga la ley a una empresa que le haya suspendido los contratos a sus trabajadores. No obstante, estarían en el limbo, pues afirmó que ni el Consejo de Administración de Expreso Ibagué, ni el gerente Hernán Quiñones, les ha informado a los colaboradores qué va a pasar con ellos.
Ya van cuatro meses
Martínez recordó que en marzo, a través de un mensaje de Whatsapp, las directivas les informaron a los más de 270 conductores que debido a la crisis económica que desató en el gremio la pandemia del nuevo coronavirus, el contrato les quedaba suspendido.
En ese momento, la Alcaldía había declarado toque de queda permanente y por tanto el servicio público colectivo dejó de operar.
“Completamos cuatro meses y ese es el tiempo que la ley permite que a un trabajador se le suspenda el contrato laboral. Después de ahí, les deben informar si los van a indemnizar a qué va a pasar. Durante todos estos días, solo hemos recibido un ingreso que fue la prima. Debemos arriendo y estamos maniatados”, refirió.
José Ómar Gómez, otro profesional del volante e integrante de la Unión Nacional de Trabajadores del Transporte, Untt, agregó que unos 100 conductores aceptaron que Expreso Ibagué diera por terminado los contratos laborales y empezaron a trabajar por días.
Acto de presencia
Agregó que Gómez que: “170 seguimos con los contratos suspendidos y una parte ya culminó el tiempo que da la ley. La otra tanda la cumplimos el viernes. Hemos querido hablar con el Gerente o con la persona de talento humano, pero no nos permiten el ingreso a la oficina. Venimos aquí a hacer acto de presencia. Es una falta de respeto con nosotros y una violación a las leyes laborales”, puntualizó.
Q’HUBO llamó varias veces al gerente Hernán Quiñones, pero la llamada no fue contestada. En anteriores oportunidades, el directivo había señalado que el gremio atraviesa una complicada situación económica por culpa del Covid-19.
«No cumplen los protocolos»
José Ómar Gómez, vocero de los conductores, hizo una grave denuncia. Según él, la mayoría de busetas afiliadas a la Empresa no estarían cumpliendo los protocolos de bioseguridad que estipula la Secretaría de Salud municipal: “Algunos vehículos trabajan sin tener gel antibacterial y la desinfección no se efectúa porque le dejan la responsabilidad al conductor y eso le corresponde a la Empresa. Expreso Ibagué no tiene ningún punto donde se desinfecten los vehículos”, dijo.
Paro y crisis
La semana anterior, propietarios de vehículos y conductores de transporte público colectivo de Ibagué, detuvieron la operación por un día. Los empresarios aseguraron que no han encontrado punto de equilibrio porque dijeron que cada vehículo no puede sobrepasar el 35 por ciento de su capacidad, es decir unos 15 pasajeros a la vez.
Ante la situación, el alcalde Andrés Hurtado le solicitó al Gobierno nacional la autorización para aumentar la capacidad de las busetas hasta el 60 por ciento. La propuesta no ha tenido respuesta, según informaron.
Cifra
El 8 y 13 de abril fueron las fechas en las cuales Expreso Ibagué suspendió los contratos de los conductores.